El capitán, al escuchar las declaraciones de los sospechosos, pudo deducir rápidamente quién cometió el robo. La clave estaba en un detalle crucial: la bandera japonesa es blanca con un solo círculo rojo en el centro, y no tiene un "derecho" ni "revés". Por lo tanto, no podía haberse colgado al revés, como afirmó el marinero. Este error lo dejó expuesto como el culpable, ya que había mentido sobre su actividad.
La conclusión fue clara: el marinero había mentido sobre su actividad, lo que lo señalaba como el culpable del robo del anillo.
Felicitaciones si adivinaste quién fue el culpable. Y si no, no pasa nada: ya habrá revancha en los próximos juegos de lógica.