Bonazzola, una ama de casa de Gualeguay, fue condenada a prisión perpetua en 2008 por asesinar a Patricia Tonón, a quien acusaba de ser amante de su marido. Dos años después, Bonazzola logró fugarse del penal al colocar un muñeco de trapo en su cama y cortar el alambrado del muro perimetral con un alicate. Su audaz escape la llevó a Paraguay, donde vivió con una identidad falsa durante cuatro años hasta ser recapturada en su ciudad natal, alojándose en la casa de su hermano.
El incidente de Galarza ocurrió hace cinco años y generó un considerable malestar entre las internas debido al aumento de los controles de seguridad. Según una fuente judicial de Paraná, "en ese entonces dijo que era un chiste. Pero hubo que seguir cada uno de sus pasos con mayor atención y no despegarle la mirada". El informante también agregó que "el caso de Bonazzola aquí fue muy comentado. En primer lugar por lo que implicó el crimen, y en segunda instancia porque fue muy llamativa la forma en la que logró escapar con un método un tanto rudimentario que parecía que solamente funcionaba en las películas".
Este intento de fuga subraya las continuas tensiones y desafíos de seguridad dentro de la Unidad Femenina 6, donde cada movimiento de las reclusas es ahora vigilado con mayor rigor. Mientras tanto, Nahir Galarza sigue cumpliendo su condena bajo una estricta supervisión, con su fallida tentativa de escape convertida en una anécdota más de los archivos penitenciarios.
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La fuga de Nahir Galarza imitando a otra presa muy famosa