La Fundación de África Austral para la Conservación de las Aves Costeras (Sanccob) se encargó de comunicar la noticia e informó que se realizarán más estudios, durante la autopsia de estos animales, con el fin de descartar enfermedades o la ingesta de algún tipo de sustancias tóxicas.
Según David Roberts, veterinario de Sanccob, se trató de un hecho inusual, toda vez que el comportamiento de las abejas dista de ser agresivo y ambas especies han cohabitado la región durante milenios.
Aunque la toxicidad de cada picadura es baja (una abeja inyecta entre 50 y 100 microgramos de veneno), el ejemplar con más lesiones presentó 27 picaduras, suficiente para provocar la muerte a cualquier animal de su tamaño, explicó una portavoz de la Fundación a BBC.