Amasa la masa durante aproximadamente 10 minutos, hasta que quede suave y elástica. Luego, colócala en un bowl y cúbrelo con un paño húmedo. Deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa duplique su tamaño.
Una vez que la masa haya reposado, divídela en 4 partes iguales. Toma cada una de estas partes y agrega los ingredientes según el sabor que desees darle a los pancitos.
Para los pancitos de queso, agrega 100 gramos de queso rallado a la masa y amasa bien para que se integre.
Para los pancitos de cebolla, agrega 1 cebolla mediana picada y rehogada en 1 cucharada de manteca.
Si prefieres los pancitos provenzal, agrega 2 dientes de ajo picaditos y previamente rehogados ligeramente en un poco de aceite, junto con 3 cucharadas de perejil picado fresco.
Por último, para los pancitos de hierbas, agrega 3 cucharadas de orégano, ciboulette, perejil, albahaca o cualquier otra hierba que te guste o puedas combinar.
Una vez que hayas agregado los ingredientes correspondientes, deja reposar la masa durante 30 minutos más.
Mientras tanto, precalienta el horno a 200 grados para que esté listo cuando los pancitos estén listos para hornear.
Con cada una de las partes de masa, forma pequeñas bolitas y colócalas en una placa para horno previamente enharinada.
Pinta cada pancito con huevo batido mezclado con un chorrito de leche, y espolvorea un poco de pimentón dulce por encima para darles un toque de sabor y color.
Lleva los pancitos al horno precalentado y hornéalos durante aproximadamente 20 minutos, o hasta que estén dorados y deliciosamente fragantes.
¡Y ahora sí, tus deliciosos pancitos saborizados están listos para ser disfrutados! Esta receta es muy fácil y versátil, ya que puedes agregar los ingredientes que más te gusten o tengas en casa para darle un toque diferente cada vez.
Acompaña tus comidas con estos pancitos y sorprende a todos con tus habilidades culinarias. ¡Buen provecho!