Además, la exposición a luz artificial nocturna afecta la producción de melatonina, una hormona fundamental que regula el ciclo sueño-vigilia. Sin melatonina en niveles adecuados, el cuerpo no puede alcanzar las fases más profundas del descanso, lo que repercute en la recuperación física, la consolidación de la memoria y el estado de ánimo general.
Una costumbre silenciosa, pero común
Pese a los efectos nocivos que la ciencia empieza a demostrar, dormir con la televisión encendida no es una práctica marginal. De hecho, es más común de lo que se cree. Una encuesta de la National Sleep Foundation, de Estados Unidos, reveló que alrededor del 30% de los adultos reconoce dejar el televisor encendido mientras duerme.
Las razones detrás de este comportamiento son diversas. En algunos casos, se trata de una estrategia para combatir el insomnio o el silencio de la noche, sobre todo entre personas que viven solas. En otros, ocurre lo contrario: el cansancio extremo lleva a que el individuo se duerma sin intención mientras mira televisión, sumido en un estado de agotamiento que impide cualquier otra preparación para el descanso.
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Qué significa cuando una persona se duerme mientras ve la televisión, según la psicología
La dimensión psicológica del hábito
Más allá de lo fisiológico, la psicología también ha puesto el foco sobre esta conducta. Diversos estudios en psicología del sueño sugieren que dormir con la televisión encendida podría estar vinculado a rasgos emocionales o problemas como la ansiedad nocturna, el estrés crónico o el miedo a la soledad.
El contenido audiovisual funciona aquí como una distracción eficaz, una barrera mental frente a los pensamientos intrusivos que suelen aparecer con el silencio nocturno. En este sentido, el ruido de fondo y las imágenes en movimiento brindan una falsa sensación de compañía y protección.
Según la Dra. Michelle Drerup, especialista del Cleveland Clinic Sleep Disorders Center, este patrón es común en personas con rutinas desordenadas o con dificultades para desconectarse del mundo exterior. La dependencia del estímulo constante puede llevar a un círculo vicioso en el que el descanso real se ve postergado o truncado.
Dormir en oscuridad total: la recomendación de los expertos
Frente a este panorama, la mayoría de los especialistas en medicina del sueño coinciden en una misma recomendación: dormir en completa oscuridad. La Sociedad Española del Sueño sugiere apagar todas las pantallas al menos 30 minutos antes de acostarse y evitar cualquier fuente de luz artificial durante la noche.
Como alternativa, se proponen prácticas más saludables, como la lectura con luz tenue, la meditación guiada, la escucha de música relajante sin imágenes o ejercicios de respiración consciente. Todas estas técnicas ayudan a calmar la mente sin afectar la calidad del sueño.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre los efectos de la contaminación lumínica en la salud humana. No solo se trata de un problema ambiental, sino también de un factor de riesgo para el bienestar emocional y hormonal. Dormir en ambientes oscuros, silenciosos y frescos es clave para asegurar un descanso verdaderamente reparador.
El sueño como pilar de la salud integral
En la actualidad, donde el estrés, la hiperconectividad y la estimulación constante marcan el ritmo de vida, el sueño se ha convertido en un bien escaso y muchas veces descuidado. Sin embargo, dormir bien no es un lujo, sino una necesidad vital.
Las horas recomendadas de sueño varían según la etapa de la vida: de 10 a 13 horas en niños y adolescentes, entre 7 y 8 horas en adultos, y algo menos en la vejez. Pero más allá del número de horas, lo que verdaderamente importa es la calidad del sueño. Evitar pantallas, reducir la exposición a luz azul, y establecer una rutina nocturna consistente, son pilares fundamentales para permitir que el cuerpo reconozca cuándo es momento de descansar.
Más que una elección, una advertencia
Lo que comienza como una decisión aparentemente inocua –dejar la televisión encendida durante la noche– puede transformarse, con el tiempo, en un factor de riesgo tangible para la salud.
La evidencia científica es clara: la exposición a la luz artificial durante el sueño afecta funciones hormonales, metabólicas y neurológicas esenciales. A su vez, la psicología revela que esta conducta puede ser un síntoma de desequilibrios emocionales que merecen atención.
En este contexto, adoptar hábitos de descanso saludables no es solo recomendable, sino urgente. Dormir bien es invertir en salud, en bienestar y en calidad de vida. Apagar el televisor antes de dormir puede parecer un gesto menor, pero representa un gran paso hacia un descanso más profundo y reparador.
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Qué significa cuando una persona se duerme mientras ve la televisión, según la psicología