En una semana, su seno izquierdo se hinchó "cinco veces" más que el otro y se cubrió cada vez más de venas.
Ella se horrorizó porque tras investigar en Internet se encontró con que era un signo de cáncer de seno.
Los médicos la revisaron y le dijeron que su implante de silicona se había roto y tendrían que operarla rápidamente para extraerlo.
Mientras esperaba la cirugía, tuvo que cortar la copa izquierda de sus sostenes, para poder acomodar su enorme pecho hinchado.
Recordando la terrible experiencia, Hannah dijo: "Fue más que aterrador. Simplemente se transformó al tamaño de un melón. Se sentía tan pesado, era cinco veces más grande. Era como si estuviera embarazada de nueve meses. Todos los días me despertaba y era un poco más grande y había muchas venas azules. Me convencí que tenía cáncer de mama y dejé de tener relaciones sexuales con mi esposo".