Paso a paso, cómo desinfectar correctamente la escoba
Eliminar restos visibles: antes de comenzar con la desinfección, conviene quitar a mano (preferentemente con guantes) los cabellos, pelusas o restos de suciedad que estén atrapados en las cerdas.
Preparar una solución limpiadora: en un recipiente grande, mezclar agua caliente con unas gotas de detergente o jabón líquido. Agregar una taza de vinagre blanco. Esta combinación ayuda a aflojar la suciedad acumulada y elimina bacterias de forma natural.
Dejar la escoba en remojo: sumergir las cerdas completamente en la mezcla y dejar actuar entre 10 y 15 minutos. Durante ese tiempo, el vinagre y el jabón actúan sobre los restos adheridos y neutralizan los olores.
Frotar para desprender la suciedad: con un cepillo de cerdas suaves o un cepillo de dientes viejo, frotar las cerdas de la escoba. Prestar especial atención a las zonas donde más residuos suelen quedar atrapados.
Enjuagar con agua limpia: una vez terminada la limpieza, enjuagar bien la escoba para eliminar cualquier resto de jabón o vinagre. Es importante que el agua corra entre las cerdas hasta que no quede ningún residuo.
Secar al aire libre: dejar la escoba secar completamente antes de guardarla. Lo ideal es colgarla o dejarla con las cerdas hacia abajo para evitar que acumulen humedad.
Desinfectar la escoba de forma regular permite mejorar su rendimiento, prolongar su vida útil y evitar que se convierta en un medio de propagación de gérmenes. Una limpieza sencilla que marca la diferencia.