*Este texto forma parte del newsletter "Diario de la Procrastinación", de la red de newsletters de A24.com. Si te interesa recibirlo podés suscribirte acá.
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Lunes
Voy al pediatra con Benito, le toca el service de los (casi) tres años. Llevo escondido un autito verde que hará las veces de premio si se porta bien. Durante un tiempo no le gustó el encuentro con el médico, nunca fluyó demasiado ese vínculo.
Pero la cosa parece haberse acomodado (tal como pronóstico el doctor) y ahora tienen una buena relación. Los veo interactuar mientras sube a la balanza (Benito, casi tres, el Doc, más de 70) y pienso lo de casi siempre. Cómo fue que llegamos hasta acá, que extraña que es la vida.
Me vuelvo con datos y metáforas: Benito 16 kilos, 97 centímetros. Pregunto por una vacuna que está fuera del calendario obligatorio. El doctor hace la receta y me cuenta que sale unos miles de pesos, pero si no la tiene y se llega a pescarse ese bicho, es como chocarse un Scania de frente.
A la vuelta, paramos en un cafetería de las que nos gustan, las que hacen café verdadero y no jugo de paraguas.
De un pequeño estante con libros elijo uno flaquito de poesía (Waterproof, de Florencia Trimarco). En la contratapa dice algo así como que la poesía de Florencia tiene algo de la tradición de la canción argentina, profunda en esa especie de contradicción de las melodías alegres sobre letras tristes.
Pienso que a veces hay una especie de conexión mágica entre los libros y los momentos. A veces camino por la calle y pongo una canción de Las Pelotas que me entristece y al mismo tiempo me pone eufórico.
Imaginando desde la cama, y no te encuentro en ningún lugar. Quisiera verte esta mañana, para olvidarme que ya no estás.
Martes
El sábado anterior fue a ver a Tribalistas, mientras todos Buenos Aires estaba viendo (y hablando de Paul McCartney). Es casi como priorizar un Excursio-Defe cuando juegan River y Boca la final de la Libertadores.
Para ponerme a tono, escucho Los Beatles durante toda la semana. Me gustan los discos del medio (Rubber Soul, Revolver), quizás no los más perfectos, pero sí los que muestran la transformación de la banda. Además de la admiración total, cada vez que los escucho pienso en el azar, en la química de los encuentros y en la estadística: ¿Justo había cuatro genios en un radio de 20 cuadras de Liverpool?
Luis Salinas es más virtuoso que Lennon, pero no se le murió la mamá.
También, por eso de las sugerencias automáticas, escucho Led Zeppelin. No se tendría que haber hecho más música después de Led Zeppelin IV. Igual, por suerte, se siguió haciendo.
Leído en Twitter: "Dice el polaco Goyeneche que cuando cantaba en su casa y su mamá estaba lavando la ropa, cada tanto le gritaba: "Coma! Ahí va una coma". Así aprendió que los puntos y las comas se cantan". Antes, durante y después de los Beatles está Goyeneche.
Miércoles
Como si fueran Wallys, me empiezo a encontrar ex compañeros de Clarín por todos lados. Los veo en el subte, en la calle, están en todos lados. A veces también me cruzo a uno que se murió. ¿Sos vos, Dima?
A la noche veo la película de Mötley Crüe en Netflix. Descubro que el motor de la banda fue el bajista, Nikki Sixx, un niño con una infancia terrible (padre abandónico, madre alcohólica). Sixx recluta a Mick Mars (guitarrista) y a Tommy Lee (baterista) y así arma una de las bandas más exitosas, fiesteras, destructivas y drogonas de los glamorosos ochenta. Nada de eso parece cicatrizar la herida primitiva de Sixx, que intenta anestesiar ese dolor inyectándose heroína.
Jueves
Soñé que estaba en un bar, con un ex compañero de Clarín. Al rato caía el Pájaro de Vilma Palma, en un estado de evidente borrachera y abandono.
Mötley Crüe y Vilma Palma e Vampiros tienen algo en común: un error ortográfico en el nombre ("Crüe" es Crew, la absurda “e” entre Palma y Vampiros) y mi estúpido inconsciente.
Sube al subte un hombre, lleva un gato acurrucado en el pecho. Es un ex compañero de Clarín.
Formas de medir el tiempo: los pasitos apurados antes de dejar una escalera mecánica.
Uno de cada tres argentinos es pobre, uno de cada dos argentinos de 0 a 14 años es pobre. Un Scania de frente.
Deambulo por el Once, un territorio que me resulta extraño y fascinante. Siempre hay gente descargando bultos de camiones estacionados en doble fila. Sobre la calle Pasteur, camino mirando las chapitas que están al lado de los árboles. ¿Cómo habrá sido el estruendo?
Ya en el subte, busco un poema de Tamara Tenenbaum.
Hay cosas que
para hacerlas
poemas
solo hay que contarlas.
Mi papá se murió
el día
que fue a la AMIA
a hacer el trámite
para enterrar a su papá
(mi abuelo)
en el cementerio
de La Tablada.
Listo.
Viernes
Miro (grabado) el homenaje a Ginóbili. Por momentos me conmueve, a pesar de que toda la previa me tenía agotado. Miles de videos y sobre todo estadísticas puestas al servicio de una idea que pareciera que estamos obligados a justificar. Leo por ahí: de los jugadores que tienen más de mil partidos en la NBA, Manu es el que tiene el mejor porcentaje de victorias.
Si uno es lo suficientemente meticuloso, siempre puede encontrar una variante estadística en la que salga bien parado (con los sitios web de noticias creo que pasa lo mismo). Manu nos emociona hace 20 años, qué importa lo que dicen los números. Como Lennon o McCartney, Manu es el poema. Listo.