Emocionante

Las dos caras de Mercado Pago, en busca de la memoria verdadera

Diego Geddes
por Diego Geddes |
Las dos caras de Mercado Pago, en busca de la memoria verdadera

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Lunes

Llevo a Beni al jardín. Caminamos por la vereda y el sol que nos pega en la espalda proyecta una imagen que quisiera capturar. En mi mano izquierda llevo su pequeña mochila y en mi mano derecha está su mano. Somos como una guirnalda. Es una foto para redes sociales que no puedo sacar, porque tengo ambas manos ocupadas.

Me la guardo para el Instagram interior, la memoria verdadera.

Martes

En la primera infancia uno hereda amigos que en realidad son hijos de los amigos de sus padres. Blas era uno de ellos: durante algún tiempo nos veíamos bastante seguido y después la vida nos fue separando.

Cuando su papá se murió éramos bastante chicos. Recuerdo que esa tarde fuimos a jugar un partido de fútbol, yo no sabía muy bien cómo actuar ni qué decirle, así que no le dije nada.

Una vez Blas me preguntó en qué orden me secaba el cuerpo al terminar de bañarme. No sé muy bien por qué me hablaba de eso, supongo que son conversaciones que uno escucha de otras personas o de sus hermanos mayores y que después comparte con sus amigos.

Su teoría era que había que empezar por los brazos, después seguir por la cabeza y recién después ir por el resto del cuerpo. Si te secás las piernas pero la cabeza sigue mojada, te seguís mojando, esa era su lógica. Todo el mundo debe actuar igual pero él encontraba algo singular en su método.

Blas murió de cáncer hace unos años, no sé si tuvo una vida feliz, pero intuyo que nada bueno puede haber en la muerte de alguien tan joven.

Miércoles

"Hola Cristian", escucho en la radio. "¿Cristian con hache?", preguntan los conductores.

Yo voy en el auto y aparece un recuerdo primitivo sobre los primeros nombres que leí en mi vida. Me refiero a las primeras palabras que leía por mi cuenta. Un compañero de segundo grado se llamaba Christian pero yo no lo podía leer como lo pronunciábamos todos. Leía Ch-ristian. Ese recuerdo viene siempre pegado a otro: leía "Shampoo", pero no podía leer la palabra como la pronunciábamos, sin la sh y la u que nace de la doble o.

En Twitter, alguien que no conozco cuenta su historia en la empresa Mercado Pago. “Hoy, hace 12 años, entraba a trabajar a Mercado Pago. Tenía 24 años y quería cambiar de laburo. Tenía una propuesta de Prosegur”.

Lo que sigue es una historia más o menos fascinante (según cómo la mires) sobre cómo es trabajar en la empresa más grande de la Argentina.

Yo siempre me imagino otras vida, otros trabajos. Cuando tenía 24 estuve cerca de empezar a estudiar chino. A veces pienso cómo sería hoy, con 15 años de chino encima, como mediador o traductor de todos los millonarios chinos que viven en Puerto Madero. No sé si sería una vida feliz.

Jueves

Me encuentro enunciando una teoría sobre la monogamia y los que la escuchan la reciben con agrado, percibo hasta cierta admiración por las ideas que expongo. Yo presumo arrogancia pero por dentro sé que es algo que le escuché a otro amigo más lúcido de yo. Así funciona todo, una suerte de teoría del derrame de la sabiduría.

Otra historia de Twitter sobre Mercado Pago. “Tuve la mala idea de proponerle a alguien que me pague vía Mercado Pago. La plata se la quedan ellos 14 días, mientras la laburan con las altas tasas actuales, pero la comisión es de ellos, te la debitan en el momento. No me extraña que sea la empresa favorita de Mauricio”.

Hasta ayer me caía bien Mercado Pago, ahora me parecen unos rufianes.

Me pasa bastante seguido.

Viernes

No pasa todos los días, pero a veces, cuando corro el velo de la cortina de la ducha para buscar la toalla se me viene súbitamente a la mente, como si hubiera corrido un telón, el método de Blas y me quedo pensando en su extraña vida. O en lo extraña que es la vida.

Esto no es un diario íntimo, ni siquiera creo que trata sobre la procrastinación. Muchas veces dije esto y por primera vez creo que me estoy acercando a una respuesta. Esto es el Atlas Universal de los Recuerdos, una guía no cronológica de todas las personas que pasaron por mi vida. Algo así como la memoria verdadera.