Investigadores de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, realizaron un descubrimiento que podría ser crucial en el desarrollo de nuevos fármacos en la lucha contra el coronavirus.
Investigadores de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, realizaron un descubrimiento que podría ser crucial en el desarrollo de nuevos fármacos en la lucha contra el coronavirus.
Según lo publicado por la revista científica Nature Communications, existen determinados azúcares que rodean a una célula y que pueden ser la puerta de entrada para el coronavirus, pero en algunos casos se cierran como un candado e impiden su ingreso al detectarlo.
Los científicos de Bélgica lograron replicar la función de este tipo de azúcar presente en las células humanas, impidiendo que el coronavirus se desarrolle. Al no poder infectar la célula ni reproducirse dentro del cuerpo humano, el virus muere entre 1 y 5 horas, lo que haría de este potencial fármaco un sistema mucho más eficaz que las vacunas, que previenen los casos más graves, pero no la infección.
Desde principios de la pandemia se sabe que el Sars-CoV-2 interactúa con la proteína Spike antes de llegar al receptor ACE2, donde realmente se produce la infección, pero este descubrimiento es fundamental porque se logró bloquear la previa al contacto entre la proteína y el virus.
Cuando el virus se acerca a una célula, comienza a crear una serie de enlaces que le permiten adherirse a ella, mientras busca la forma de llegar al receptor ACE2.
“El virus no golpea inmediatamente al receptor ACE2, primero tiene que explorar la superficie de nuestras células para encontrar la cerradura”, explicó el investigador David Alsteens en declaraciones al diario de Bélgica Le Soir.
Sin embargo, gracias a una serie de azúcares 9-O-acetilados, los científicos han conseguido añadir un segundo bloqueo que impide que el coronavirus acceda al receptor ACE2 y así prevenir la infección.
Este descubrimiento abre la puerta a la creación de nuevos fármacos contra el coronavirus que faciliten la erradicación completa del virus. De todas formas, por el momento se empezará a estudiar su aplicación en ratones y, en función de los resultados, se probaría en humanos.