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El auge de las madres y los padres solteros: desafíos de la crianza monoparental

Hoy en día las mujeres lideran el 86% de los hogares monoparentales. Cómo cambia la idea de familia y gana la etiqueta de "solas" o "solos", con hijos.
Ignacio Ferreiro
por Ignacio Ferreiro |
Las mujeres lideran el 86% de los hogares monoparentales. (Fuente: Madres hoy)

Las mujeres lideran el 86% de los hogares monoparentales. (Fuente: Madres hoy)

Malena optó por una familia monoparental: Podría haberme casado pero no fue mi prioridad. (Fuente: Sociedad Marcé Española)

Malena optó por una familia monoparental: "Podría haberme casado pero no fue mi prioridad". (Fuente: Sociedad Marcé Española)

El desafío de elegir ser monoparentales

El desafío de elegir ser monoparentales, tanto para mujeres como para los hombres. (Fuente: FIV Madrid)

Cada vez es más común escuchar a mujeres argentinas –de entre 20 y 50 años– con una idea de familia diferente a la de antaño: “Sé que quiero ser madre, pero no sé si quiero un marido”. No son las únicas, los hombres también apuestan a este modelo de familias monoparentales. Pero, por elección o consecuencia de la vida plantean las bases y enfrentan sin titubeos a la etiqueta “soy sola” o “soy solo”, con hijos.

En cifras, actualmente el 86% de los hogares argentinos son de mujeres que crían solas a sus hijos, de las cuales el 80% de estas madres trabajan, según el informe “Hogares monoparentales durante la pandemia” del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

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Hogares argentinos monoparentales.

“Una tasa de ocupación alta comparada con el resto de las madres con pareja, y que se asemeja más a la tasa de participación de padres con pareja”, destacó el relevamiento.

La psicóloga y especialista en crianza, Marisa Russomando, explicó a A24.com que "el adulto que lleva adelante la familia monoparental tendría que lograr la tranquilidad de ejercer su rol con naturalidad, ya sea como madre o como padre", y agregó: "Se escucha mucho de eso de ser madre y padre en una sola persona. Pero son roles en un punto antagónicos, que cumplen distintas funciones y complementarios".

"Naturalmente los niños o niñas criados en ese hogar monoparental busca un referente del rol ausente dentro de sus círculos afectivos cercanos. Por eso sería bueno que esa mamá o ese papá ejerza con tranquilidad esa función", resumió Russomando.

El desafío de elegir ser monoparentales

Malena, que es licenciada en Educación Especial y tiene 47 años, recordó para A24.com que hace 12 años tomó la decisión de la maternidad sin el estereotipo del matrimonio. Pero su deseo se remonta a su niñez, cuando la aterraba la idea de elegir entre su madre y la pareja. Fue ella quien le explicó que no era necesario casarse y, entre risas, admite que se lo tomó muy en serio.

A quien era su pareja en ese momento, le planteó su deseo de ser madre y ambos se embarcaron en el desafío de tener hijos. “Sabía que quería ser madre, pero también que no quería lavar calzoncillos. La vida me trajo dos varones así que lavo dos calzoncillos ahora”, ironizó sobre su decisión de vivir en casas separadas.

La familia que armé es la que quise. Hubiera tenido cinco hijos pero desde lo económico era inviable desde mis posibilidades. Siempre supe que mi familia iban a ser mis hijos y podría haberme casado pero no fue mi prioridad”, confiesa Malena.

Los efectos de la pandemia

Pero hay otros casos en que no se decide a priori tener una familia monoparental, donde uno solo se convierte en el bastión adulto del hogar, sino que se da por consecuencia de una separación de pareja.

Allí la pandemia no colaboró en las relaciones. Por el contrario, puso blanco sobre negro las cuestiones de roles y las cargas de tareas diarias en el hogar. En la Ciudad, 4.480 parejas disolvieron su vínculo conyugal en 2020, según datos del Ministerio de Gobierno porteño por medio del Registro Civil y Capacidad de las Personas.

Por su parte, la coordinadora de investigaciones de IDESA, Virginia Giordano, resaltó, sobre la base al informe, que “la pandemia y el confinamiento provocó que a las tareas domésticas, se agregaran la ayuda en las tareas escolares en los niños, como así también, el cuidado de personas dentro como fuera del hogar. Esto fue especialmente difícil para aquellos que conforman familias monoparentales”.

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Informe "Hogares monoparentales durante la pandemia" del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

Según el informe en estos hogares, la mujer se vio obligada a asumir el rol de proveedora. En contraposición a los padres con pareja, ocupan puestos menos calificados y de menor jerarquía. La prioridad pasa a ser proveer ingresos mes a mes como sea.

En medio de la situación más cruda y difícil de la cuarentena por la pandemia del coronavirus, una referente de una Organización No Gubernamental, Cintia, tomó la decisión de ponerle punto final a una relación tóxica con su actual exmarido.

Pero no le fue fácil –según detalló a A24.com- porque no quiso irse del hogar y ella, por su seguridad y la de su hija, tuvo que emprender en otro lugar.

“Un poco lo elegí, otro fue consecuencia de las circunstancias. En un principio, como todo cambio crees que no podés pero luego todo se va acomodando y te das cuenta que podés hacer las cosas solas y –hasta aún mejor- cuando salís de una relación complicada”, explicó Cintia.

El desafío de elegir ser monoparentales, tanto para mujeres como para los hombres. (Fuente: FIV Madrid)
El desafío de elegir ser monoparentales, tanto para mujeres como para los hombres. (Fuente: FIV Madrid)

El desafío de elegir ser monoparentales, tanto para mujeres como para los hombres. (Fuente: FIV Madrid)

“Cuando me casé tenía un ideal de compañerismo que, luego, no se dio y el tiempo hizo lo suyo de construir una distancia entre los dos. Pero también en donde tuve que tomar roles conjuntos en cuanto a maternidad y paternidad, porque no tenía su colaboración en la crianza de nuestra hija”, rescató la joven de 40 años

Y continúo: “El momento más difícil de ser un hogar monoparental es tomar la decisión. Después, todo fluye en esa dirección. No es fácil, pero se puede lograr. Al final, vez tranquilidad y la felicidad de reencontrarse con uno mismo, lo que te hace bien. Te aliviana el peso de sostener un vínculo que no fluye”.

Tener en un doble rol

Pero lograr el equilibrio entre trabajo y la crianza de los hijos no es la única dificultad que tienen que afrontar hombres y mujeres.

El 56% de las madres solteras que trabajan, cuenta con otro familiar para cuidar del niño. Sin embargo, ese familiar suele ser otro hijo mayor. El resto, para poder salir a trabajar depende fuertemente de la ayuda de alguna persona externa al hogar o de alguna institución de cuidado.

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Pasando al 20% de las madres solteras que no trabajan, si bien tienen tiempo para criar a sus hijos, la cuestión económica se hace cuesta arriba. En el 19% de estos hogares, otra persona suele salir a trabajar (en especial, nuevamente, otro hijo mayor).

Por otra parte, el 76% de las madres solteras que no trabajan recibe ayuda en dinero del gobierno y el 59% recibe ayuda en dinero de personas que no viven en ese hogar (como cuotas alimentarias). Muchos de estas madres desistieron de buscar empleo porque no tienen con quien dejar a sus hijos.

La colaboración monoparental

En ambos casos, los vínculos familiares cobraron un rol externo fundamental para poder mantener el status quo familiar.

Malena resaltó que “todo fluye porque tenés gente alrededor que te ayuda, sino es imposible. Si sos una madre trabajadora, con o sin marido, siempre vas a necesitar a alguien que colabore, ya sea un familiar o una niñera”.

“Mi hermana convivía conmigo cuando nació el primero y mientras ella estudiaba me ayudaba a cuidarlo cuando yo trabajaba”. Sin dudar, rescató que “sin ella, no sé si hubiera podido después sumar a los dos años al segundo”, aclaró Malena.

Por su parte, la experiencia de Cintia fue sin un respaldo económico “pero sí un acompañamiento espiritual y afectivo de mi familia y amigos, cuando necesité que me reemplazaran porque tengo que trabajar”.

En estos casos, mantener el vínculo con el padre que vive fuera del hogar se convierte en un verdadero desafío. Respecto a ello, Malena reconoce que “él eligió no involucrarse demasiado, porque no quiere. No porque yo no quisiera que se involucre”.

“Hoy el padre sólo aporta algo desde lo económico”, apuntó Cintia.

Hogares monoparentales liderados por ellos

Solo el 14% de los hogares están a cargo de padres solteros. Si bien los hombres que lideran las familias monoparentales son la minoría, no por ello la carga es menor a la que llevan adelante las mujeres.

Las tareas de proveedores y cuidadores de los menores se dan de igual manera en uno u otro género.

A24.com dialogó con un hombre que se puso al hombro a su familia, Fuberto, quien tiene 40 años. Como experto en comunicación se valió de este oficio para encontrar su fortaleza cuando, en 2019, un conflicto con su expareja y un problema de salud mental de ella tuvo que convertirse en papá y mamá de sus dos hijos, que hoy tienen 7 y 3 años.

En retrospectiva, Fuberto recuerda que tenía la idea de familia impuesta: el matrimonio, los dos trabajando, los hijos, la casa, entre otros. “Al principio fue tremendo, muy difícil. Tuve que rearmar mi vida, reordenar el organigrama diario. Pasé de descansar algunas cuestiones en la otra persona a ocuparme 100% de absolutamente todo”.

Hoy en día, “después de muchas pruebas y errores - dijo – se vive de otra manera. A medida que todo se acomoda y se ordena”.

Malena optó por una familia monoparental: "Podría haberme casado pero no fue mi prioridad". (Fuente: Sociedad Marcé Española)
Malena optó por una familia monoparental:

Malena optó por una familia monoparental: "Podría haberme casado pero no fue mi prioridad". (Fuente: Sociedad Marcé Española)

Pasó por dificultades de todas las envergaduras, hasta situaciones casi insólitas de ese juicio previo que se tiene sobre los roles familiares. “Estaba averiguando para unas clases para uno de mis hijos, mandé un mail desde mi casilla personal con mi nombre y mi firma”, contó.

Pero hasta ahí todo normal. Hasta que llegó la respuesta: “La persona que me escribió me saludó con un ‘Hola mami’”, todavía se asombra con la confusión.

No fue la única vez que las personas dieran por hecho que la educación, salud u otras actividades de los hijos sean exclusivas de su mujer. Ejemplificó, "después de anotar en teatro a mi hija, llevarla semanalmente, surgió un hecho que me sorprendió: automáticamente la sumaron a mi ex en el chat de Whatsapp, habían cambiado el horario y no me había enterado”.

Sin embargo, reconoce que no lo podría haber logrado sin el apoyo por completo de la familia, ya sea desde lo económico -en un principio por desajuste financiero-, emocional y logístico.

En el mientras tanto, fueron quienes se convirtieron en el bastión para que acomodara horarios laborales, tareas escolares y clases extracurriculares de ambos hijos. Actualmente, ya cuenta con una colaboración externa a quien le delega algunas cuestiones al tiempo que se dedica a trabajar.

Romper un mandato familiar

Como cada una de ellas que no temen –y a las que las aterra todavía- en patear el tablero a los preconceptos culturales y sociales de la idea de familia.

Las madres hoy solteras que hablaron con A24.com todo lo pueden, o al menos lo intentan en ese multitasking diario, para que funcione la conformación de una familia monomarental. Sin embargo, no están totalmente solas.

Reciben colaboración y su idea aspiracional de pareja no está basada en “el macho proveedor” –o su contrapartida “de mujer ama de casa”- como en los libros de cuentos. Buscan a un compañero de vida, alguien con quien ir de la mano y en equidad.

Mientras, Fuberto no está en pareja pero no descarta volver a estarlo. Sin embargo, sería bajo otros códigos en una nueva relación.

Malena expresó que intentó la convivencia con el padre de sus hijos, “y nos matamos. Nuestra pareja es funcional así: él viviendo en su casa y yo en la mía. Si miro para adelante, tampoco me veo conviviendo con alguien”.

Frente a las miradas externas, Cintia se sinceró: “Rompí un mandato familiar de estar casada y tener una familia a pasar a ser una madre soltera, que para nuestros padres es algo más difícil de asimilar. Pero sabían que era lo mejor”.

“Por un lado, fui envidiada. Por otro, apuntalada con lástima”, pero no le preocupa a Malena porque asume que da lo mejor a sus hijos.

Fuberto intenta todavía que lo diferencien en los grupos de Whatsapp de sus hijos como el papá, pero no descarta bromear con más de uno que lo confunda en una cita médica o una actividad extracurricular.

Simplemente, ellos son el espejo de una construcción social y cultural de la idea de familia.