La millonaria recompensa que ofrecen por los datos de una yaguareté desaparecida
Le perdieron el rastro el pasado 25 de octubre y desde entonces no saben nada del collar localizador ni del animal.
La millonaria recompensa que ofrecen desde Parque Nacionales por los datos de una yaguareté desaparecida en Chaco
La desaparición de Acaí, una joven hembra de yaguareté reintroducida en el Parque Nacional El Impenetrable, mantiene en vilo a autoridades ambientales, organizaciones conservacionistas y a la Justicia Federal. Tras perderse su rastro el pasado 25 de octubre, no se volvió a saber nada del animal ni del collar satelital que permitía su monitoreo. El daño ambiental estimado: $2.700 millones.
La Administración de Parques Nacionales (APN) anunció en los últimos días una recompensa de $250.000.000 para quienes aporten datos concretos que permitan avanzar en la investigación y determinar qué ocurrió con la felina, cuya desaparición representa un golpe devastador para el programa de reintroducción del yaguareté en el norte argentino.
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Una desaparición que alarmó a todo el sistema de conservación
Acaí, de apenas 2 años y 8 meses, había sido liberada el 5 de octubre como parte del trabajo articulado entre la Fundación Rewilding Argentina, Parques Nacionales y el gobierno de Chaco. Su seguimiento estaba garantizado por un collar satelital que enviaba reportes constantes.
Los primeros días, según los investigadores, la joven hembra se movió por sectores de monte cerrado, desplazándose sin inconvenientes. Pero el 25 de octubre, el collar dejó de emitir señales. Esa última ubicación registrada, en inmediaciones del río Bermejo, activó una operación urgente.
Equipos de Bomberos comenzaron a trabajar en el agua con buzos especializados, mientras brigadistas, guardaparques, rastreadores y técnicos de Rewilding recorrieron la zona por tierra. También se analizaron los últimos puntos satelitales, se hicieron barridos aéreos y se profundizó la búsqueda con herramientas de inteligencia ambiental.
A pesar de los esfuerzos, no hay rastros: ni del collar, ni del cuerpo, ni de huellas recientes.
“No descarto nada, pero no puedo afirmarlo”: la Justicia analiza todas las hipótesis
La causa quedó en manos del fiscal federal de Sáenz Peña, Carlos Amad, quien confirmó que la investigación comenzó “desde el mismo momento en que se recibió la denuncia”.
El fiscal detalló que el operativo se vio condicionado por la dificultad geográfica del territorio: zonas de difícil acceso, baja densidad poblacional y un hábitat hostil que complica cualquier rastrillaje. Además, indicó que se están revisando reportes de pobladores y también posibles interacciones del animal con ganado o perros, situaciones que en otras ocasiones derivaron en agresiones o caza ilegal.
yaguarete
A la par, la causa judicial avanza con allanamientos, secuestro de celulares y la participación de la División Cibercrimen, que analizará los dispositivos en busca de mensajes, ubicaciones, fotos o cualquier pista que permita reconstruir los hechos.
Amad fue contundente en su prudencia respecto de los rumores sobre cazadores: “No tengo elementos ciertos hoy que me hagan pensar que Acaí está muerta, ni que actuó una banda de cazadores furtivos. No descarto nada, pero no puedo afirmarlo”.
También recordó la severidad de la ley: "Es muy grave matar un animal de esta especie. La sanción está prevista y se aplicará si se determina un responsable".
Un daño ambiental histórico y un llamado desesperado a la comunidad
Días atrás, el fiscal confirmó que el daño ambiental provocado por la desaparición del ejemplar fue calculado en $2.700 millones, una cifra que dimensiona tanto el costo económico como el impacto ecológico de perder a uno de los pocos yaguaretés reintroducidos en la región.
Acaí pertenece a una especie declarada Monumento Natural Nacional y Provincial, el máximo estatus de protección en Argentina. Su presencia es crucial para la recuperación de la población de yaguaretés en El Impenetrable, donde se trabaja para reconstituir al mayor felino de América del Sur después de décadas de extinción en la zona.
Por eso, Parques Nacionales anunció una recompensa inédita: $250 millones para quien aporte datos concretos que permitan encontrar el collar, determinar qué ocurrió o señalar a posibles responsables.
Una investigación que avanza, pero sin resultados
La búsqueda sigue activa y con múltiples frentes:
Rastrillajes terrestres y fluviales en zonas de muy difícil acceso
Análisis de imágenes satelitales
Entrevistas a pobladores locales
Peritaje de celulares secuestrados
Seguimiento de posibles movimientos del collar
Además, la APN desmintió versiones iniciales sobre la aparición del dispositivo: el collar no fue hallado en el río Bermejo, tal como había trascendido en un primer momento.
Sin evidencias físicas y con un territorio vasto y complejo, las autoridades reconocen que cada día sin respuestas reduce las chances de encontrar al animal con vida.