Llanto y silencio
El 6 de octubre de 2010, Velazquez estaba en el "Choconcito Apart Hotel", en el centro de Ushuaia, junto con Pamela Cano, una joven de 23 años con la que tenía una relación extramatrimonial, y su bebé de siete meses, Mateo Aaron Cano.
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Mateo Aaron Cano murió en 2010.
Según consta en el expediente judicial, Pamela se fue a bañar y el bebé empezó a llorar. "Ya salgo", le dijo Pamela a su bebé. "Luis, agarralo que salgo", fue la orden para Velázquez. El llanto se cortó de manera abrupta. Una turista brasilera contó lo que escuchó después de repentino silencio. "Qué le hiciste a mi bebé", dijo Pamela.
En junio de 2013 se inició el juicio contra Velázquez. Inicialmente fue acusado por "homicidio simple con dolo eventual". Según la autopsia, el bebé tenía una lesión cervical y un coágulo en la cabeza, un diagnóstico compatible con el "síndrome del zamarreo". Es decir que en su intento por calmar el llanto del bebé, Velázquez no midió su fuerza y causó un daño fatal. Mateo murió en el hospital de Ushuaia.
Velázquez intentó convencer a Pamela de que la lesión del bebé era anterior, producida durante un viaje que hicieron juntos. Sin embargo, los médicos concluyeron que el coágulo era reciente y se había producido en las últimas 24 horas. Un dato que fue determinante para la condena a Velázquez, a 12 años de prisión.
Inicialmente, la justicia lo había condenado a 12 años por homicidio simple, pero luego de varias apelaciones, , con una condena de tres años que fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia.
Pero Velázquez tuvo la oportunidad de apelar y logró una reducción de la pena, de 12 a 5 años. Para bajar la pena fue clave el cambio de carátula: pasó de homicidio simple a homicidio preterintencional con agravante. En una nueva apelación, se le quitaron los agravantes y la pena quedó de tres años.
Cuando la Corte Suprema dejó firme el fallo, Velázquez -ex dirigente del gremio de Camioneros- ya había cumplido la pena por haber esperado el juicio con prisión preventiva.
La participación de Velázquez en la marcha conmocionó a los fueguinos, que lo denunciaron en las redes sociales.
"Le agradecería que no me vuelva a llamar. Estoy trabajando. Mis 9 hijos y 11 nietitos más mi esposa también se lo agradecen", dijo Velázquez, que quiso volver a la actividad sindical en el gremio Camioneros. Lo repudiaron por su condena y también porque un presunto enriquecimiento ilícito: "Nosotros somos trabajadores, vos no sos trabajador", le dijeron.