El informe destaca que la situación no llega a ser tan crítica como en 2001-2002 porque el desempleo, aunque aumentó en los últimos meses, no es tan elevado como en aquel entonces, cuando se ubicaba en dos dígitos, cerca del 20%.
La pobreza y la indigencia se mantienen en niveles altos por un lado por la pérdida de puestos de trabajo en el sector informal de la economía y por otro, por las bajas remuneraciones de los trabajadores formales del sector privado.
De hecho, se precisó que aproximadamente la mitad de este último segmento gana menos de la Canasta Básica Total (CBT), que en julio llegó a los $900.648 y que acumula un aumento del 81,7% en lo que va del año.
En la misma línea, según la encuesta de UNICEF sobre la Situación de la Niñez y Adolescencia a nivel nacional, cuyos resultados abarcan hasta mayo de 2024, los ingresos del 48% de los hogares argentinos no alcanzan para cubrir los gastos mensuales corrientes.
Además, el relevamiento indica que un millón de niños se van a dormir sin cenar. Y entre las personas adultas, esta situación es aún más crítica: 4,5 millones tuvieron que saltarse una comida.
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El impacto de la caída del a industria y la contrucción
En cuanto a la baja intertrimestral de ambos indicadores, se explicó que se debe a la caída de la inflación acompañada de un aumento en los salarios de los empleados formales del sector privado, que recuperaron sólo parte de lo perdido en enero, febrero y marzo.
En tanto, en el caso de los trabajadores del sector público y los informales, la recomposición fue menor. Esto no quiere decir que se haya vuelto a los niveles de diciembre, previo a la devaluación,
Según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, la construcción cayó 23,6% interanual en junio; la industria manufacturera, 20,4%; y el comercio mayorista, minorista y reparaciones, 18,6%.