Uno de los testimonios más duros fue el de una familia que denunció que sus dos perros fueron envenenados en la misma zona. Aunque lograron sobrevivir gracias a la rápida asistencia médica, el hecho reforzó la preocupación de que alguien estuviera arrojando sustancias tóxicas en las veredas o plazas de Belgrano y Las Cañitas.
La incertidumbre y el miedo se expandieron rápidamente. En paralelo a los relatos sobre mascotas, los vecinos advirtieron que también se hallaron aves muertas en calles cercanas, lo que reforzó la hipótesis de que habría algún tipo de sustancia tóxica en el espacio público.
La reacción vecinal
La conmoción derivó en una acción comunitaria inmediata. Los vecinos comenzaron a elaborar y difundir comunicados de advertencia en redes sociales y grupos barriales, detallando las calles donde ocurrieron los incidentes y recomendando medidas preventivas.
Entre las principales recomendaciones figuran: evitar pasear a las mascotas por las calles reportadas; utilizar correa corta y, de ser posible, bozal; estar atentos a objetos o alimentos extraños en la vía pública.
“Estamos todos en alerta. No sabemos quién puede estar detrás de esto ni cómo prevenirlo, pero lo cierto es que hay animales muertos y necesitamos respuestas”, expresó otro vecino de la zona.
Comunicado vecinos envenenamiento
La intervención de la Justicia
Frente a la cantidad de denuncias, la Fiscalía de la Ciudad abrió una investigación de oficio. El caso quedó en manos del fiscal Matías Hugo De Santis, quien ordenó a la Policía de la Ciudad y a la Comisaría Vecinal 14B llevar adelante las primeras actuaciones.
Efectivos de la fuerza, junto con Bomberos de la Ciudad y personal de Espacio Público e Higiene Urbana, realizaron inspecciones oculares en varias cuadras señaladas por los vecinos. El objetivo era localizar restos de comida, cebos o cualquier otro elemento sospechoso que pudiera contener veneno. Sin embargo, hasta el momento no se hallaron objetos contaminados.
A pesar de ello, los investigadores confirmaron que hay al menos diez casos de envenenamiento de animales en la zona, con tres muertes confirmadas y varios cuadros graves.
Una práctica recurrente
El fenómeno de los llamados “mata perros” no es nuevo en la Argentina. En distintos barrios porteños y del conurbano bonaerense ya se han denunciado episodios similares en los últimos años, con cebos envenenados colocados en plazas, canteros o veredas. En la mayoría de los casos, los responsables nunca fueron identificados.
Según veterinarios consultados, las sustancias más usadas suelen ser venenos de uso doméstico o agroquímicos de fácil acceso, altamente tóxicos incluso en pequeñas dosis. “El animal los ingiere en segundos y los síntomas aparecen casi de inmediato: convulsiones, vómitos, pérdida de coordinación y, en muchos casos, la muerte”, explicaron.
Este tipo de delitos está tipificado en el Código Penal argentino bajo la figura de maltrato y crueldad animal, con penas de prisión de 15 días a un año. Sin embargo, los especialistas señalan que las condenas efectivas son excepcionales y la mayoría de los casos quedan impunes.
Impacto en la comunidad
La noticia del envenenamiento generó un fuerte impacto emocional en los vecinos de Belgrano y Las Cañitas, zonas caracterizadas por una alta densidad de población con mascotas. En estos barrios, la vida comunitaria gira en gran medida en torno a las plazas, parques y paseos con perros.
“El nivel de angustia es enorme. Para muchos de nosotros, nuestras mascotas son parte de la familia y no podemos aceptar que alguien las ataque de esta forma”, dijo otro residente de la calle Migueletes, que aseguró haber cambiado sus rutinas diarias por temor.
Además de la tristeza y la bronca, la situación encendió el debate sobre la falta de controles y sanciones para quienes atentan contra los animales. Organizaciones proteccionistas se sumaron a la denuncia y reclamaron a las autoridades porteñas un operativo especial de prevención.
La respuesta de las autoridades
Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad informó que se reforzarán los patrullajes en la zona y que se mantiene un monitoreo constante a partir de las denuncias de los vecinos. Desde la Fiscalía, en tanto, se pidió a los damnificados que presenten pruebas y certificados veterinarios para avanzar en la investigación.
Fuentes judiciales indicaron que, en caso de que se determine el uso de sustancias tóxicas en la vía pública, podrían aplicarse también figuras penales relacionadas con daño ambiental y riesgos para la salud pública, ya que estas sustancias no solo afectan a animales sino también a niños que juegan en las plazas o a cualquier persona que entre en contacto con ellas.
Una investigación en curso
Por ahora, la investigación avanza sin sospechosos identificados. La Fiscalía analiza cámaras de seguridad de la zona en busca de movimientos sospechosos y no descarta convocar testigos para reconstruir las últimas horas en que se produjeron los envenenamientos.
El temor, sin embargo, sigue latente entre los vecinos, que reclaman urgencia en las medidas de prevención. “No queremos que esto quede en la nada. Ya murieron tres perros, pero podría haber sido peor. Necesitamos que se actúe ya”, concluyó Sandra, la mujer que perdió a Román.