El comandante detectó la explosión en el motor y de inmediato observó la pérdida de potencia en la unidad, por lo que resolvieron en primera instancia volar hacia una de las denominadas “rutas de escape” para evaluar la situación.
Al comprobar que se trataba de una posible “ingesta de ave” y al tener un solo motor en funcionamiento, se decidió derivar el vuelo hacia el Aeropuerto de Ezeiza, dado que el mayor largo de la pista brinda mayor seguridad para un aterrizaje sin dificultades.
Un aterrizaje sin problemas
El pasaje en todo momento se mantuvo en una situación normal y el avión aterrizó sin ningún tipo de inconveniente a las 17:55 horas. poco más de 30 minutos después del despegue.
Si bien estuvo escoltado por los servicios de emergencia, según los protocolos que se siguen para estos casos, la aeronave fue ubicada en un sector de plataforma, donde los pasajeros fueron descendidos por los mecanismos habituales, sin que fuera necesario el procedimiento de evacuación y esta noche, a las 22, continuaron el vuelo hacia Neuquén.