Hace un año, en vísperas de la asunción de Alberto Fernández, no eran muchos los que apostaban a que el entonces futuro Presidente construiría una relación armoniosa con el sector agropecuario. No eran muchos, pero los había.
Hace un año, en vísperas de la asunción de Alberto Fernández, no eran muchos los que apostaban a que el entonces futuro Presidente construiría una relación armoniosa con el sector agropecuario. No eran muchos, pero los había.
Sus principales argumentos se basaban en una serie de necesidades de Alberto:
También confiaban en el espíritu más desarrollista y dialoguista que mostraba los días previos al 10 de diciembre, y en la promesa que reiteradas veces le hizo al sector durante la campaña y luego del triunfo electoral: el inicio de una nueva relación, muy lejos de la que marcó la disputa por la 125.
Del otro lado estaban quiénes no veían diferencia entre Alberto y Cristina o los que simplemente veían al Presidente como un ejecutor de las ideas de la vicepresidenta.
Y los mayores signos de desconfianza para esperanzados y pesimistas, eran las contramarchas en la elección del ministro de Agricultura y el silencio sobre las retenciones, que auguraba lo que finalmente pasó: una suba inicial del tributo para los principales productos agropecuarios.
Lo que pocos preveían era que, un año después, el rechazo a la gestión de Alberto fuera casi unánime.
Según una encuesta de Amplificagro, el 92% de los productores hoy desaprueba lo que viene haciendo el gobierno de Alberto Fernández, incluso el 63% considera que el desempeño del Presidente es “muy malo”.
En cuanto a lo hecho por el Ministerio de Agricultura, el 76% lo desaprueba y el 43% considera que es “muy malo”.
Amplificagro es un emprendimiento de Lucas Romero, director de Synopsis Consultores, y Hernán Satorre, consultor en temas organizacionales de empresas del sector agropecuario, que intenta identificar los temas que les preocupan a los productores a través de trabajos de investigación periódicos.
En este caso, el estudio se llevó a cabo a fines de noviembre y recogió respuestas de 525 responsables de decisiones en empresas y establecimientos agropecuarios pequeños, medianos y grandes (accionistas, directores, gerentes y asesores).
¿Qué pasó para que la reprobación sea tan grande? El listado de temas está en la memoria de todos, principalmente:
A esto hay que sumar temas de la propia economía argentina. como la brecha cambiaria y las dificultades de acceso al dólar.
También en la encuesta se adelanta a la modificación a la ley de manejo del fuego, sancionada el viernes pasado: el 95,4% de quiénes la conocían se manifestó en contra de la iniciativa.
El trabajo de Amplificagro devela más disconformidades.
Entre los principales problemas que afectan al país, el 43,7% señaló que es la corrupción; en segundo lugar, la inflación (29,7%); y en tercero, la educación (15,9%).
En materia de demandas, el 71% le asignó una baja calificación a los servicios de conectividad a Internet con los que cuenta el sector para el desarrollo de su actividad. Se trató de la más baja calificación de los diferentes servicios públicos con los que el sector cuenta para desarrollar todo su potencial. En segundo lugar aparecen los caminos rurales y en tercero, las rutas y los puentes. Pero puestos a elegir solo uno de esos servicios como el más deficiente que afecta el normal desarrollo de su actividad, más del 55% señaló a los caminos rurales como el servicio público más deficiente y que más afecta la producción del sector.
En materia económica, el sector sigue viendo que las tensiones cambiarias no se han superado. Más del 90% cree que todavía puede haber más turbulencia, mientras que el 83,4% considera que es muy probable o probable que en el corto plazo pueda haber una devaluación brusca. Si bien es cierto que la posibilidad de un salto del tipo de cambio se mantiene alta, en noviembre -a diferencia de octubre- la expectativa de cuándo se podría producir esa devaluación brusca se corrió más allá en el tiempo, y hoy prevalece que podría ocurrir dentro de los próximos seis meses.
Si bien la reprobación de la gestión es lo más saliente del informe, se puede decir que “el campo” no tiene una buena imagen de los políticos en general.
El 93% de los consultados consideró que la dirigencia política actual perjudica el desarrollo del sector. Solo el 2,4% consideró que la dirigencia favorece su desarrollo. Pero al mismo tiempo, ese diagnóstico crítico del papel de la dirigencia política contó con autocrítica: casi el 50% de los consultados (el 48,7%) consideró que el sector tiene el 50% o más del 50% de la responsabilidad de que la dirigencia política perjudique su desarrollo.
A la hora de analizar a las figuras de la oposición, el 57% de los consultados consideró que María Eugenia Vidal favorece el desarrollo del sector y solo el 9% consideró que lo perjudica; el 54% consideró que Patricia Bullrich favorece el desarrollo del sector y solo el 7% que lo perjudica; el 48% consideró que Mauricio Macri favorece el desarrollo del sector y el 19% consideró que lo perjudica y finalmente el 47% consideró que José Luis Espert favorece el desarrollo del sector y solo el 11% consideró que lo perjudica.
Estos datos cobran mayor relevancia con la mirada que marcó el primer informe de Amplificagro en septiembre, cuando se preguntó sobre los principales riesgos para el sector agropecuario.
El 63% eligió el riesgo político, muy lejos del climático (18%) y el financiero (6%).
A todo esto, el gabinete económico recibirá este miércoles a los representantes del Consejo Agroindustrial. Será la concreción de la reunión postergada el día siguiente del fallecimiento de Diego Maradona.
La expectativa de los empresarios pasa por definir el proyecto de Ley de Promoción Agroindustrial y la desburocratización de las exportaciones. Para esto último, recientemente hubo reuniones con funcionarios de AFIP y de Aduana que se consideraron positivas.
Más lentas vienen las mesas de economías regionales y cultivos pampeanos, donde la negativa del Gobierno a resignar ingresos traba la implementación de cualquier política activa.
Así como no pudieron cambiar el rumbo al giro discursivo pro-agroindustria iniciado a mediados de año, o las visitas a empresas del sector (como la de la semana pasada a Syngenta), nadie cuenta con que lo que se pueda anunciar en el corto plazo pueda revertir un año de desacuerdos.
Sin embargo, dependiendo de su tenor, podría ser importante para relanzar la relación de acá al fin del mandato.