EN CASA ROSADA

El Gobierno recibió a la científica que desarrolló la soja HB4 y cruzó a los críticos de la tecnología

Se trata de Raquel Chan, quien trabajó sobre cultivos resistentes a sequía. La semana pasada China aprobó la importación de soja HB4. ¿Qué pasa en el trigo?
La producción de soja argentina de la variable HB4

La producción de soja argentina de la variable HB4, con luz verde para viajar a China.

La Casa Rosada tuvo una visita proveniente del mundo de la ciencia: el Presidente Alberto Fernández mantuvo una reunión con la científica argentina Raquel Chan, quien desarrolló junto a un equipo del CONICET la tecnología HB4 tolerante a la sequía. El encuentro se dio días después de que China aprobara la importación de soja proveniente de esta variable, impulsada también por la empresa Bioceres a través de una articulación “público-privada”. En ese contexto, el ministro Julián Domínguez aportó su visión sobre el tema: “Brasil aprobó la harina de trigo HB4, China la soja, y todavía nosotros seguimos dando vueltas y discutiendo esta tecnología”.

Del encuentro en Casa de Gobierno entre Chan y Alberto Fernández, estuvieron el propio Domínguez, titular del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca más Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación. La científica, quien dirige el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral que depende del CONICET y de la Universidad Nacional del Litoral, manejó los hilos del equipo de trabajo especializado que desarrolló “la primera tecnología transgénica elaborada íntegramente en la Argentina”, tal como lo describió la Casa Rosada a través de un comunicado.

“Esta tecnología permite a las plantas tener una tolerancia superior en periodos de sequía y un rinde mucho mayor. De esta manera, mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés, sin afectar su productividad”, explicaron.

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Chan lidera el equipo del CONICET que investigó en el HB4, con resultados en soja, pero también con avances en el trigo.

Chan lidera el equipo del CONICET que investigó en el HB4, con resultados en soja, pero también con avances en el trigo.

Tras el encuentro Filmus destacó el logro como “un ejemplo virtuoso de la articulación público-privada que demuestra además la importancia de fomentar la inversión en Ciencia y Tecnología frente a aquellas voces que recomiendan no hacerlo y administraciones que hace no mucho tiempo incluso la redujeron”.

“Se traduce como el éxito de una industria pujante que permite agregar valor y generar trabajo allí donde están las materias primas, para así poder ampliar la capacidad productiva de las provincias, que en general, como en el caso de la soja, no se agota solamente en el cultivo, sino en la industria, esta industria pujante de la que hablo”, concluyó el ministro.

Por su parte, Chan ponderó a la reunión como “muy agradable” y destacó que la aprobación del cultivo “tiene un impacto simbólico, por un lado, ya que implica tecnología argentina que se exporta al exterior, y, por otro lado, la cantidad de divisas que pueden ingresar al país”.

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La aprobación de China a la soja HB4 disparó las expectativas en el agro.

La aprobación de China a la soja HB4 disparó las expectativas en el agro.

El trámite de aprobación del desarrollo argentino había sido presentado a China en 2016 y, con la reciente resolución que autorizó el cultivo, el país asiático se suma a Estados Unidos, Brasil, Paraguay y Canadá, que ya habían aprobado la semilla. Este conjunto de estos países representa aproximadamente el 85% de la producción global de soja.

HB4: las críticas a los críticos

En una de las primeras declaraciones que realizó en 2021, al reasumir en el cargo como ministro de Agricultura, Domínguez había señalado su apoyo a los estudios en HB4. Y esta semana volvió hacer mención sobre el tema.

“Celebro que, por primera vez, un cultivo biotecnológico de desarrollo nacional logró su aprobación en la República Popular China, principal importador de soja del mundo. Este cultivo ofrece soluciones para problemáticas productivas locales, como es el estrés hídrico, pero también contribuye en el mundo a impulsar el rendimiento productivo y la adaptación de las producciones locales a los desafíos que nos impone el cambio climático”, indicó en su cuenta de Twitter.

Para Domínguez habría mayor producción y comercialización de soja a raíz de la aprobación de China. “La colaboración público-privada y el potencial de nuestro sistema científico-tecnológico nos pone a la vanguardia entre los países del mundo capaces de dominar tecnologías de punta y destaca nuestras capacidades científicas para desarrollar cultivos biotecnológicos”, apuntó.

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El trigo HB4, el otro gran partido de Bioceres y la ciencia argentina ligada a la producción agropecuaria. Hay críticas.

El trigo HB4, el otro gran partido de Bioceres y la ciencia argentina ligada a la producción agropecuaria. Hay críticas.

Y esta semana, en la conferencia de prensa de la cual participó A24.com Agro con motivo de la presentación de avances en el Plan GanAr, volvió a la carga sobre el tema. “Habíamos tenido un trauma, una discusión por el HB4, por la soja resistente a la sequía. Brasil ya aprobó la harina de trigo, Cina aprobó la soja, y todavía nosotros seguimos dando vueltas y discutiendo”, opinó.

Y concluyó: “Hay que animarse y abrazar las señales que vienen desde el futuro. Al cambio climático se le responde con biotecnología”.

¿Qué dicen los críticos del HB4?

Si bien los estudios en soja no depararon grandes críticas dentro del agro, los ensayos en trigo sí. Al tratarse de un cultivo de gran incidencia en la alimentación de nuestro país las voces en contra no se hicieron esperar. Incluso la marca de alfajores "Havanna" debió bajar el perfil luego de haber anunciado un acuerdo con Bioceres para abastecerse de productos de trigo provenientes del HB4.

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Bioceres desarrolla el trigo HB4 bajo una modalidad de

Bioceres desarrolla el trigo HB4 bajo una modalidad de "identidad preservada".

Sin embargo en el agro también hay reclamos de otra índole: la Federación de Acopiadores le pidió a la empresa "un sistema de garantías" a fin de evitar "contaminaciones comerciales" entre los cultivos. El temor radica en la mezcla involuntaria de producciones de trigo convencional con el HB4, que comercialmente no cuenta con la aprobación de ningún mercado.

Dicha mezcla afectaría notoriamente el valor comercial de la producción convencional, pero desde Bioceres destacan los protocolos de seguridad que emplean a la hora de la cosecha y se defienden. "No somos una amenaza para la cadena del trigo", remarcaron en un mano a mano con La Red Rural (AM 910).

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