Sin embargo, en los últimos dos años de pandemia, las criptomonedas vivieron un boom de inversiones provenientes -principalmente- de nuevos “jugadores” que buscaban retornos inmediatos en el corto plazo y que, frente a una fuerte caída, entran en pánico.
Pero para entender lo que sucede ahora, es necesario repasar varios factores que impactan en el valor de Bitcoin y, en consecuencia, en el resto del mercado crypto.
Bitcoin y un contexto desfavorable
Hasta el viernes 10 de junio, el Bitcoin se había mantenido relativamente estable, alrededor de los US$29.000; pero el lunes 13 se depreció casi 15%, por una marcada ola de ventas masivas. Desde entonces, BTC no detiene su caída.
Este derrumbe se produce mientras aumenta el miedo en el mercado por el desalentador contexto económico global. De hecho, el precio de Bitcoin cayó después de que el gobierno de Estados Unidos anunciara un aumento de inflación interanual de 8.6%, el máximo de los últimos 41 años.
Algo parecido ocurre en Europa, donde registran una inflación del 8.1%, inédito para los últimos 39 años, por lo que aumentarán los tipos de interés como respuesta al incremento de precios, una medida que también tomó norteamérica.
Este panorama, sumado a la guerra de Rusia contra Ucrania y la probabilidad de recesión global, llevó a que los inversionistas reaccionaran vendiendo sus fondos en criptomonedas, provocando una gran depreciación en su precio.
El escenario crypto
Más allá de un contexto económico global desfavorable, el ecosistema crypto también enfrenta algunos problemas internos, inéditos hasta el momento.
A lo sucedido hace unas semanas con Terra/LUNA, ahora se sumaron los casos de Celsius y Binance que paralizaron los retiros de Bitcoin y generaron un mayor aumento de la desconfianza en el sector.
Por supuesto, la reunión de todos estos factores provocó aún más pánico entre los usuarios e incertidumbre entre los inversionistas, que siguieron desprendiéndose de sus valores.
Muchos especialistas coinciden en que, durante momentos de inestabilidad económica, como ocurre en la actualidad, es lógico que los inversionistas se alejan de los activos de riesgo y, en ese sentido, la volatilidad y juventud de las criptomonedas juegan en contra para su valoración.
En este aspecto, un papel clave lo representan “las ballenas” o grandes inversores que estarían vendiendo sus Bitcoins e impulsando todavía más la caída de su precio. Esta opción, además, es la que podría generar un efecto dominó mayor, haciendo que la criptomoneda alcance precios más bajos todavía.
Por otra parte, de acuerdo con el índice de Fear and Greed, el sentimiento del mercado en este momento se mantiene con “miedo extremo”, en una escala de 11 de 50. Esta cifra implica un descenso de 2 puntos respecto al anterior informe, lo que refleja un aumento en el temor que acompaña al mercado crypto de este año.
En definitiva, en un sector tan joven como el de las criptomonedas, el impacto de tantos eventos externos e internos provoca duros golpes al mercado crypto. Y cada venta por parte de los inversores contribuye claramente al descenso del valor de Bitcoin y las demás criptomonedas.