Cripto y ambiente

Blockchain: de qué manera puede redefinir el futuro y prevenir el cambio climático

Sus características de accesibilidad e inalterabilidad la convierten en un instrumento clave, pero también se le critica su impacto ambiental. Qué es la prueba de participación y cómo blockchain puede ayudar a mejorar las condiciones naturales del planeta.
Blockchain es una herramienta fundamental para mejorar los esfuerzos para prevenir el cambio climático.

Blockchain es una herramienta fundamental para mejorar los esfuerzos para prevenir el cambio climático.

Por Juan José Nuñez *

La historia de la blockchain es muy reciente y plagada de enigmas, tan joven y tan amplia a la vez que recién asomamos nuestras narices en su infinito universo. Comprendemos muy poco de lo que implica esta tecnología en todo su potencial y también es escaso lo que podemos proyectar de ella.

En 12 años ha revolucionado al mundo de tal manera que nadie logra captar toda su generación de contenido. Pero para los gobiernos, la tarea es aún peor. No comprenden a ciencia cierta si conviene regularla, prohibirla o fomentarla.

Actualmente la blockchain, además de ser el parangón de las criptomonedas, su versión más conocida, es una gran herramienta de innovación para diversos usos de escala mundial. Propone desarrollar la modernización de procesos industriales, económicos, tecnológicos y sociales, como ninguna otra herramienta o tecnología lo hizo antes.

En definitiva, es solo comparable con el uso controlado del fuego, la invención de la rueda, la llegada de la electricidad y la computación moderna. Incluso, es posible que pueda redefinir nuestro futuro mucho más que todo lo anterior en conjunto.

Por qué. Sencillamente porque viene a darnos un método de gestión de procesos que elimina la posibilidad de mentir, nos da un tiempo exacto de cuando suceden las cosas y las hace imborrables e inalterables con el paso del tiempo. Sumado a esto, encontramos que nadie es dueño de ese método y que es accesible por todos y todas.

¿Cómo lo hace? Muy fácil, genera pequeños bloques de información en un período muy corto de tiempo, de modo tal que lo que pase en ese intervalo queda establecido para siempre, lo que escribamos ahí no se borrará jamás, con exactitud de cuando sucedió.

Y lo hace en forma de cadena, porque una vez que ese bloque de información se cierra, se abre inmediatamente otro para recibir nueva información, incluyendo la llave para abrir todos los demás bloques anteriores. Es una verdadera máquina inagotable de generar información fiel e inalterable.

Por qué es inalterable la blockchain

Principalmente, porque cualquiera puede ayudar a generar esos bloques de información (en algunas blockchain sólo es necesaria una computadora) y cuando muchos se ponen de acuerdo en la forma en que se generan esos bloques, en conjunto aportarán su capacidad de cómputo para construirla.

Una vez cerrado el bloque de información, todos se guardarán una copia completando el histórico de bloques generados. Por lo que, si alguien quisiera modificar un bloque, ya sea en su contenido o en su dato de tiempo histórico (cuando sucedió), tendrá que hacerlo en la infinidad de copias de todos los que construyeron esa blockchain. Difícil y técnicamente imposible, por eso decimos que blockchain es inhackeable.

Esta innovación es aplicable a todo lo que se nos ocurra, porque ya nadie puede decir que pasó tal o cual cosa en el pasado que no sea verificable en la blockchain, o más bien, ya nadie puede decir que tal cosa no pasó. Ninguno puede ser dueño de la historia, nadie tiene el poder de modificar lo que la blockchain dice que sucedió, cómo y cuándo.

La blockchain y el cambio climático

En este sentido, pensamos que blockchain es una herramienta más que fundamental para mejorar los procesos y esfuerzos para prevenir el cambio climático. No solo porque permite que la actividad ambiental se financie de manera descentralizada, sin una autoridad que defina qué hacer o cómo hacerlo. Sino que además nos permite definir los datos históricos ambientales en bloques imborrables de la blockchain, como por ejemplo cuanta deforestación sufrió un determinado lugar en determinado año, combinando la blockchain con datos fotogramétricos satelitales.

Muchas empresas y gobiernos deberán hacer algo al respecto, ya no quedarán excusas. Asimismo, todas las acciones ambientales también podrán verificar si siguen por el camino correcto o cambian a un esquema más eficiente. La blockchain es un conjunto de datos que la convierten en información fidedigna, que, a su vez, nos permite analizar variables y probabilidades de lo que se nos ocurra.

El mundo va a un punto de no retorno (significa que será demasiado tarde para intentar remediarlo) y es suficiente para dimensionar la problemática con ver lo que pasa en cada rincón del planeta con los incendios sin control, las inundaciones catastróficas y las sequías sin precedentes. Como decía Facundo Cabral: “Ya no tenemos opción, o cambiamos o desaparecemos”.

Al respecto, aprovecho a dejarles estos datos muy tristes para que tomemos conciencia: la humanidad deforestó una tercera parte de las selvas y bosques (hogar del 70% de la vida del planeta), pasamos de 6.000 millones de hectáreas de cobertura total a menos de 4.000 millones, a un ritmo de deforestación actual promedio de casi 14 millones de hectáreas por año. También tuvimos la alerta más dura emitida por el comité científico de la ONU hasta el momento, si la temperatura promedio de la tierra aumenta 1,5 grados (lo que a este ritmo será en 19 años), la vida tal y como la conocemos en el planeta, desaparecerá.

Es cierto, y no es un dato menor que la situación actual de la blockchain derrocha mucha electricidad en ese proceso de generación y validación de bloques de información (el famoso minado), lo que la hace poco amigable con esta acción ambiental propuesta. Pero no menos cierto es que la tecnología blockchain, como sucede con todas las tecnologías disruptivas actuales, ya se superó a sí misma y está migrando a un proceso de generación de bloques con muy poco consumo de energía, sin sacrificar seguridad y descentralización, denominado “prueba de participación”.

En este sentido, ya existen innumerables casos de uso de la blockchain para fines ambientales y podemos ver algunos de ellos en la coalición de blockchain y cambio climático impulsada por la ONU. También hay incontables criptomonedas que se respaldan en determinados procesos ambientales para impulsar la financiación descentralizada, como la propuesta que me toca liderar.

Por último, es importante remarcar que como en ninguna otra industria, nadie compite con nadie, toda tecnología basada en la blockchain es bienvenida y ayuda a mejorarla.

Lo mismo que sucede con las acciones ambientales, nadie compite más que con el tiempo que nos queda para salvar el planeta, quizá tengamos la oportunidad más valiosa en nuestras manos. ¿Será la blockchain la herramienta que nos estaba faltando?

* El autor es CEO de Green Bond Meter.

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