La carrera tuvo un comienzo movido: Andrea Kimi Antonelli, que había partido desde la pole, perdió el control en la primera curva y cayó hasta la cuarta posición. Desde ahí, la lucha se volvió intensa y desprolija.
Ya en la vuelta 13, un accidente en los boxes entre Max Verstappen y Antonelli derivó en una penalización de diez segundos para el neerlandés, mientras que Carlos Sainz destrozó su neumático y debió ingresar con urgencia a cambiarlo.
Los cambios constantes en la estrategia, el desgaste de los neumáticos y la lluvia intermitente hicieron que los pilotos se vieran obligados a tomar decisiones rápidas.
Piastri optó por intermedios, mientras que Norris cronometró con precisión su ingreso a boxes y salió directamente en punta, justo antes de que la carrera quedara neutralizada por el despiste de Alonso.
Cuando todo apuntaba a un final a pura velocidad, el coche de seguridad entró en pista y no se retiró hasta la bandera a cuadros, sellando así la victoria de Norris en una de las Sprint más caóticas del calendario.
Las consecuencias deportivas del episodio están aún por verse, pero el espectáculo, aunque desordenado, no dejó a nadie indiferente.
Otro de los focos de atención fue la ausencia de Charles Leclerc, piloto de Ferrari, quien no participó en esta instancia. Su monoplaza quedó severamente dañado tras impactar contra el muro en una curva, afectando toda la parte derecha del vehículo.