Voceros alineados a la conducción de AFA aclararon luego que no hubo una votación formal, sino una pregunta repetida por Tapia sobre si alguien se oponía a la propuesta. Ante el silencio, la designación avanzó. Sin embargo, esa “aceptación tácita” fue desmentida por Estudiantes, históricamente enfrentado a la conducción actual.
La tensión aumentó cuando Pablo Toviggino, tesorero de AFA y figura habitual en redes, respondió a Juan Sebastián Verón con un mensaje irónico y la copia de un documento oficial que exigía la realización del pasillo al campeón. La coincidencia de ese requisito con el calendario —Estudiantes debía visitar a Central ese mismo domingo— encendió el escenario.
Cómo se definió internamente el gesto del pasillo de espaldas
Desde que se conoció la obligación, comenzaron las especulaciones sobre qué posición tomaría el equipo. La dirigencia dejó la decisión final en manos del plantel, cuya determinación se dejó ver recién minutos antes del partido: el pasillo se haría, pero dando la espalda, como símbolo de protesta al poder y no al campeón.
De acuerdo con lo que trascendió, Leandro González Pirez y José Sosa comunicaron la medida a Di María y a Jorge Broun antes del ingreso. Les explicaron que el gesto no era contra ellos, sino contra la AFA y la Liga Profesional. Además, adelantaron que ninguno de los futbolistas hablaría con la prensa al finalizar el partido para evitar declaraciones que pudieran escalar el conflicto.
La premisa fue clara: “de espaldas al poder”, una frase que luego el club replicó institucionalmente.
Qué sanciones podría recibir Estudiantes por el pasillo de protesta
Aunque el pasillo se realizó, el modo en que se desarrolló —junto con la ausencia de conferencia de prensa y zona mixta— podría derivar en sanciones económicas por parte de la AFA o la Liga. Según trascendió, los jugadores estarían dispuestos a pagar cualquier multa de manera colectiva.
Por otra parte, la dirigencia evalúa elevar un pedido formal para contar con público neutral en el próximo partido ante Central Córdoba en Santiago del Estero. El argumento se basa en el antecedente de las 7.500 localidades que la provincia habilitó para hinchas de San Lorenzo en su visita reciente. Si bien no es una solicitud sencilla en el clima actual, el club considera que vale la pena intentar la gestión.
El pasillo de espaldas dejó expuesto un conflicto latente que excede a los protagonistas del partido. Estudiantes eligió un gesto que buscó ser respetuoso con Central, pero contundente con la dirigencia del fútbol argentino. Y aunque las consecuencias todavía están por verse, el episodio ya quedó marcado como uno de los momentos más significativos del Torneo Clausura.