A principios de 2024, Eriksson reveló públicamente en una entrevista para la radio sueca P1 que había sido diagnosticado con un cáncer de páncreas inoperable, y que los médicos le habían dado aproximadamente un año de vida. Pese a la gravedad de su situación, el técnico sueco mantuvo una actitud positiva hasta el final, siempre mostrando gratitud hacia quienes lo acompañaron a lo largo de su carrera.
“Espero que me recuerden como un tipo positivo que intentaba hacer todo lo que podía. No lo lamenten, sonrían. Gracias por todo, entrenadores, jugadores, público, ha sido fantástico. Cuídate y cuida tu vida, y vívela, adiós”, expresó Eriksson en una emotiva declaración publicada por el periódico británico Mirror.
“La vida no es 100%. He tenido inyecciones durante muchos meses, ahora (los médicos) cambian a pastillas. Hay muchos efectos grandes en la garganta y la nariz, pero eso es parte de ello y puedo vivir con eso. Sé que la vida no durará para siempre. Pero estoy bien”, relató en el documental biográfico SVEN de Amazon Prime Video.
Su enfermedad lo llevó a pasar la mayor parte de sus últimos días en su hogar en Sunne, Suecia, rodeado de su familia y su pareja desde hace 15 años, Yaniseth Bravo. “Sunne es un muy buen lugar al que regresar. Se ha reasentado y creo que ha encontrado paz”, comentó Anders Runebjer, un amigo cercano de Eriksson, sobre sus últimos momentos.
Una de las últimas apariciones públicas del entrenador fue en marzo de 2024, en el estadio Anfield del Liverpool, un club del cual fue un ferviente seguidor. Durante un partido benéfico que enfrentó a las leyendas de los Reds contra las leyendas del Ajax, Eriksson dirigió a exjugadores como Ian Rush, John Barnes y Jerzy Dudek. Jürgen Klopp, técnico del Liverpool, también mostró su respeto y admiración por Eriksson, invitándolo a sentarse en su despacho y "hacer su trabajo durante un día", un gesto que subrayó el impacto duradero que Eriksson dejó en el fútbol.
Eriksson comenzó su carrera como entrenador en Suecia a finales de la década de 1970, alcanzando su primer gran éxito con el IFK Göteborg, con el que ganó la liga sueca y la Copa de la UEFA en la temporada 1981-1982. Este triunfo fue el inicio de una brillante carrera que lo llevó a entrenar clubes de renombre en Italia como la Roma, Fiorentina, Sampdoria y Lazio, donde ganó el Scudetto en la temporada 1999-2000, además de la Supercopa de Europa y la Coppa Italia.
Su legado también se extiende a Portugal, donde dirigió al Benfica, ganando tres ligas, una Taça de Portugal y una Supercopa Portuguesa. Pero quizás su hito más recordado fue en 2001, cuando rompió barreras al convertirse en el primer seleccionador extranjero de Inglaterra. Bajo su mando, los *Three Lions* alcanzaron los cuartos de final en el Mundial de 2002, la Eurocopa de 2004 y el Mundial de 2006, siendo reconocido por su estilo táctico y su habilidad para gestionar a jugadores de élite.
Sven-Göran Eriksson deja un legado inigualable en el fútbol mundial, recordado no solo por sus logros, sino por la pasión y el espíritu que siempre mostró, tanto en la victoria como en la adversidad.