La historia rápidamente circuló en redes sociales y medios italianos, hasta que llegó a oídos del delantero argentino. Lejos de mirar para otro lado, Lautaro decidió intervenir de manera discreta, pero contundente: el lunes por la noche envió a una persona de su confianza al local con una donación para saldar la cuenta, una camiseta firmada y dedicada especialmente para el equipo del restaurante, y además dejó una cena paga para quien lo necesitara.
Desde la cuenta oficial del restaurante compartieron una foto del obsequio y expresaron su agradecimiento: “Después del ya conocido desagradable episodio ocurrido en nuestro restaurante, recibimos una cálida e inesperada sorpresa por parte de Lautaro Martínez que quiso hacer un maravilloso regalo a nuestros chicos: ¡su camiseta firmada y con una dedicatoria especial! Muchas gracias. Un gesto que nace de un gran corazón”.
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El posteo se llenó de comentarios de hinchas que aplaudieron la actitud del jugador y destacaron su fuerte lazo con el club y la ciudad.
Poco después de conocerse la intervención de Lautaro, las autoridades italianas identificaron al hombre responsable del engaño gracias a las cámaras de seguridad. La situación dio otro giro inesperado: su pareja envió un sobre con el dinero correspondiente a la cena y una propina para los empleados. Sin embargo, desde el restaurante decidieron donar ese dinero a la Cruz Azul de Corbetta, una organización que ofrece asistencia en ambulancia con voluntarios durante las noches de los días laborables.
Una vez más, Lautaro Martínez demostró que su grandeza trasciende el fútbol: su gesto solidario dejó una marca en la ciudad que lo adoptó como ídolo y confirmó que en su caso, el brazalete de capitán también se lleva con acciones.