El conflicto entre Ortigoza y Cassiau escaló en agosto, cuando ambos se denunciaron mutuamente por lesiones agravadas. La situación empeoró cuando la Policía Bonaerense allanó la casa que compartían en Canning y secuestró dos armas registradas a nombre de la mujer. Sin embargo, el verdadero impacto se dio este jueves, cuando se hicieron públicas tres grabaciones que muestran las agresiones físicas de Ortigoza frente a uno de sus hijos.
La relación entre Ortigoza y Moretti, que ya era tensa, terminó de romperse a raíz de este escándalo. Tras haber sido una pieza clave en la campaña que llevó a Moretti a la presidencia en 2023, Ortigoza se distanció rápidamente de la dirigencia actual debido a críticas hacia su gestión y dejó de encargarse del Fútbol Profesional. “No hablo con él desde que decidimos que no seguiría en el fútbol. Hace ya más de un mes, antes del partido con Mineiro. La última vez que estuvimos juntos fue contra Atlético Tucumán, y después de eso, no hablamos más”, explicó Moretti.
A pesar de los esfuerzos de dos miembros de la Comisión Directiva para contactarlo, Ortigoza no respondió a los llamados del club. “Siempre lo respetamos como ídolo, porque en San Lorenzo a los ídolos se los respeta. Pero este es un asunto personal que debemos manejar con mucho cuidado, porque el protocolo vigente en el fútbol argentino es claro”, concluyó Moretti.
La situación pone en jaque no solo la figura de Ortigoza dentro de San Lorenzo, sino también la estabilidad institucional del club, que ahora enfrenta el reto de manejar este conflicto de manera adecuada bajo la mirada crítica de la opinión pública.
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