Durante el segundo tiempo, Los Pumas intentaron contener a los Springboks, pero el amplio tanteador a favor de los africanos les restó oportunidades de remontar. A pesar de realizar esfuerzos defensivos, Argentina no logró anotar más tries y se vio imposibilitada de achicar la diferencia.
Los Springboks, por su parte, continuaron con su dominio y anotaron otro try, ampliando la ventaja a 34-7. A medida que avanzaba el partido, la ilusión de conseguir el título se desvanecía para los Pumas.
La situación empeoró cuando Sudáfrica anotó nuevamente, elevando el marcador a 39-7 y luego a 41-7, con conversiones realizadas por Handre Pollard. Finalmente, otro try de los africanos selló el resultado en 48-7, hundiendo aún más a la selección argentina, que no pudo hacer frente a un rival superior en esta final.