Fue precisamente en noviembre de 1970 cuando el mundo del boxeo presenció un punto de inflexión: Carlos Monzón, aún con bajo reconocimiento internacional, lo noqueó en el duodécimo round de una pelea disputada en Roma y le arrebató el título mundial. El derechazo del argentino a la mandíbula del italiano quedó inmortalizado como uno de los momentos más emblemáticos del deporte.
La revancha, un año después en Mónaco, volvió a inclinarse a favor del santafesino: tras dos caídas en el tercer asalto, desde el rincón de Benvenuti voló la toalla. Esa fue la última vez que el italiano subió a un ring como profesional.
A lo largo de su carrera, Benvenuti no solo fue el primer italiano en ganar títulos mundiales indiscutidos en dos categorías distintas (peso medio y superwelter), sino también el primer boxeador de su país en ser reconocido como “Peleador del Año” en 1968. Más adelante, su nombre ingresó al Salón Internacional de la Fama del Boxeo y al Salón de la Fama del Deporte Italoamericano, donde comparte espacio con leyendas como Rocky Marciano y Joe DiMaggio.
Tras su retiro, siguió ligado al deporte como comentarista en la RAI y referente del boxeo en Italia. Su muerte deja un vacío en la memoria del ring, pero su figura quedará grabada en la historia como uno de los grandes gladiadores del siglo XX.