El defensor de la Selección fue abucheado durante todo el partido por su fanatismo por River, pero marcó el 2-2 y festejó de manera desafiante frente a la parcialidad de Boca.
El empate 2-2 entre Boca y Benfica por la primera fecha del Grupo C del Mundial de Clubes dejó varios capítulos cargados de tensión, y uno de ellos tuvo a Nicolás Otamendi como protagonista. El defensor argentino, capitán del equipo portugués y confeso hincha de River, fue silbado desde el inicio por los hinchas xeneizes y respondió en la cancha con un gol que sentenció el resultado final.
Reuters/Nathan Ray Seebeck
Desde que pisó el campo de juego del Hard Rock Stadium, Otamendi fue blanco de abucheos. Los fanáticos de Boca no olvidaron su simpatía por el clásico rival y, además de silbarlo cada vez que tocaba el balón, le dedicaron el clásico "El que no salta, se fue a la B", mientras se acomodaban los equipos en la previa del partido.
En el juego, su noche comenzó cuesta arriba: perdió la marca de Miguel Merentiel en el primer gol de Boca, cuando el delantero lo anticipó con claridad para abrir el marcador. En el segundo tanto argentino, convertido por Rodrigo Battaglia, no tuvo participación directa. Sin embargo, el defensor mundialista fue clave en la jugada que derivó en el penal que Ángel Di María transformó en el 2-1 parcial, al anticipar a Palacios en el área y recibir una infracción que fue convalidada tras la revisión del VAR.
Pero el momento más picante llegaría sobre el final. A los 84 minutos, Otamendi se despegó de su marcador en un tiro de esquina lanzado por Kökçü y conectó un certero cabezazo que significó el empate definitivo para Benfica. Tras anotar, el zaguero no dudó en girar y mirar fijamente a la hinchada de Boca, en un gesto cargado de tensión tras los constantes silbidos que recibió durante todo el partido.
El cruce entre Otamendi y los fanáticos de Boca se convirtió en una de las postales más comentadas del partido en Miami, donde más allá del resultado, las emociones no dieron tregua.
