Costas no solo le entregó el ticket, sino que también le dedicó un mensaje lleno de admiración: “No me tenés que agradecer nada. A vos te tengo que agradecer por seguir a Racing”. Profundamente conmovido, Alejo respondió: “Te quiero, Gustavo. Sos lo más grande que hay”.
Este gesto corona una travesía que comenzó en los octavos de final, cuando Ciganotto decidió viajar a Viña del Mar para ver a Racing enfrentar a Huachipato. “La primera vez surgió de la nada. Estaba aburrido en mi casa, Racing jugaba en una semana en Chile y dije ‘¿y si voy caminando y haciendo dedo?’", explicó el oriundo de San Martín en diálogo con TN.
Desde entonces, su amor por el club lo llevó a Curitiba y San Pablo, superando desafíos como la rotura de su celular bajo la lluvia en el partido ante Corinthians. “Estaba cerca de rendirme, pero la gente de Racing me motivó a seguir. Un amigo me prestó un teléfono, y pude continuar”, relató.
Ahora, con su entrada asegurada y en la recta final de su odisea hacia Paraguay, Alejo expresó su gratitud: “Gracias a todos los que me tiran la buena, los amo wacho. Aguante Racing, el 23 explota todo”.