DESDE SEPTIEMBRE

Adiós a la deuda con tarjeta: ya no tendrás que pagarla y quedará prescripta

El uso de la tarjeta de crédito se ha convertido en una herramienta cotidiana para millones de argentinos. Sin embargo, en los últimos años, y especialmente en 2025, el fenómeno del endeudamiento excesivo con plásticos bancarios se consolidó como una de las principales preocupaciones financieras de los hogares.

Redacción A24
por Redacción A24 |
Adiós a la deuda con tarjeta: ya no tendrás que pagarla y quedará prescripta

El uso de la tarjeta de crédito se ha convertido en una herramienta cotidiana para millones de argentinos. Sin embargo, en los últimos años, y especialmente en 2025, el fenómeno del endeudamiento excesivo con plásticos bancarios se consolidó como una de las principales preocupaciones financieras de los hogares.

Según estimaciones recientes, más del 50% de los usuarios activos de tarjetas opta por abonar únicamente el pago mínimo, una decisión que, aunque puede otorgar un alivio momentáneo, termina transformándose en una trampa financiera difícil de revertir.

El escenario se vuelve aún más complejo si se considera que las tasas punitorias con CFTEA (con IVA) superan el 100% anual en muchas entidades financieras, lo que significa que en cuestión de meses una deuda puede multiplicarse de manera exponencial, volviéndose casi imposible de saldar.

El mapa del endeudamiento en 2025

Un informe reciente reveló que el 65% de los hogares argentinos contrajo entre dos y tres deudas distintas, el 23% apenas una, y un preocupante 12% más de tres. Este panorama muestra cómo el endeudamiento se convierte en una bola de nieve: los consumidores piden nuevos préstamos o utilizan diferentes tarjetas para cubrir compromisos previos, sin lograr nunca salir del círculo.

Este mecanismo de financiamiento encadenado se alimenta de la inflación, la pérdida del poder adquisitivo y la dificultad de acceder a créditos personales con tasas más accesibles. En consecuencia, el plástico bancario deja de ser un aliado y se transforma en un enemigo silencioso que carcome las finanzas familiares.

¿Qué pasa si no se paga la tarjeta de crédito?

Frente a esta realidad, muchos usuarios se preguntan qué sucede si simplemente deciden dejar de pagar la deuda con la tarjeta de crédito. ¿La obligación desaparece con el tiempo? ¿El banco puede iniciar un juicio? ¿El historial crediticio queda dañado de por vida?

La Ley de Tarjetas de Crédito en Argentina establece plazos claros: una vez vencidos, el acreedor pierde el derecho a iniciar acciones legales para reclamar el pago. Sin embargo, eso no significa que la deuda desaparezca del sistema financiero ni que deje de tener consecuencias.

  • Información negativa en Veraz: si una persona deja de pagar, su historial crediticio se verá afectado hasta por cinco años.

  • Pago posterior a la prescripción: en caso de abonar después del vencimiento del plazo legal, la mancha en el Veraz persistirá por dos años adicionales.

Esto implica que, aunque el banco ya no pueda demandar judicialmente al deudor, el daño a la reputación financiera permanecerá y limitará el acceso a nuevos créditos.

Los plazos legales para reclamar una deuda

El artículo 47 de la Ley de Tarjetas de Crédito establece distintos plazos para que los bancos puedan accionar contra los deudores:

  • 1 año para acciones ejecutivas (reclamos judiciales rápidos).

  • 3 años para acciones ordinarias (juicios comunes).

Una vez cumplidos estos tiempos, la entidad pierde la facultad de demandar. Sin embargo, muchos consumidores ignoran esta información y terminan atravesando procesos judiciales que podrían haberse evitado.

Para conocer la situación personal, cualquier usuario puede consultar la Central de Deudores del BCRA ingresando al sitio oficial del organismo (bcra.gob.ar) con CUIL o CUIT. También existe la posibilidad de realizar la consulta telefónica al (011) 5352 4800, opción 5.

¿La deuda con tarjeta caduca?

Uno de los mitos más frecuentes es que, con el paso del tiempo, la deuda con la tarjeta de crédito “desaparece”. Lo cierto es que no existe un vencimiento automático que borre las obligaciones. Lo que sí ocurre es que, vencidos los plazos legales, el banco pierde la posibilidad de reclamar judicialmente, aunque el registro en el historial crediticio persista.

Esto genera un dilema: pagar voluntariamente, incluso después de la prescripción, puede ser una forma de limpiar el perfil financiero, pero el impacto negativo en Veraz seguirá vigente por un tiempo.

Las consecuencias de no pagar

Dejar de abonar las obligaciones con tarjeta de crédito puede derivar en un cóctel de consecuencias negativas:

  • Juicios y embargos: los bancos tienen la posibilidad de iniciar demandas antes de la prescripción, lo que puede desembocar en embargos de salarios, cuentas o bienes.

  • Historial dañado: la imposibilidad de acceder a créditos hipotecarios, préstamos personales o incluso compras en cuotas.

  • Cesión de deuda: las entidades suelen transferir las deudas impagas a grupos prestamistas o fondos buitres, que utilizan todos los mecanismos legales (y en ocasiones prácticas intimidatorias) para recuperar el dinero.

Este último punto es particularmente delicado, ya que el deudor pasa de negociar con un banco tradicional a hacerlo con empresas cuyo único objetivo es recuperar el monto más intereses, sin ofrecer facilidades ni planes de pago razonables.

La recomendación de los especialistas

Frente a este panorama, economistas y asesores financieros coinciden en un consejo clave: nunca dejar de pagar la tarjeta de crédito sin antes intentar un acuerdo con el banco.

Aunque resulte tentador dejar que el tiempo transcurra hasta la prescripción, las consecuencias sobre el historial crediticio y la posibilidad de acceder a nuevos financiamientos hacen que esa estrategia sea riesgosa.

La opción más recomendable es negociar refinanciaciones, planes de pago o consolidaciones de deuda. En muchos casos, los bancos ofrecen programas de regularización que permiten extender los plazos y reducir la tasa de interés, lo que puede significar un alivio significativo.

El aumento de deudas con tarjeta de crédito no es solo un problema individual, sino también un reflejo de la situación macroeconómica del país.

La inflación, la pérdida del poder adquisitivo y la falta de acceso a créditos más accesibles hacen que los consumidores dependan del plástico para llegar a fin de mes. Sin embargo, esta herramienta de financiamiento se convierte en un arma de doble filo cuando los ingresos no alcanzan para afrontar los pagos completos.

La dependencia de las tarjetas de crédito también revela una fragilidad en el sistema financiero: mientras los bancos obtienen ganancias extraordinarias con las tasas, los usuarios quedan atrapados en un esquema casi imposible de sostener.

FUENTE: El Cronista
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