El titular del Palacio de Hacienda, que comenzó su discurso solidarizándose con los bahienses, señaló que "la parte buena de tener las cuentas en orden" es que "esto permite hacer esfuerzos extras sin que esto genere un problema para el resto de la sociedad".
Detalló, además, que se encuentra coordinando esa tarea con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su par de Defensa, Luis Petri, para "ver la mejor forma para llegarle directamente a la gente con la ayuda en este momento tan difícil". "Que sepan que estamos trabajando para solucionarle sus problemas", completó.
Su mensaje hacia el campo
Al dirigirse hacia los productores agropecuarios, el ministro pidió no "perder la pespectiva" de dónde se encuentra Argentina a poco más de un año de asumir el nuevo gobierno: "Hoy estamos literalmente en otro país, típicamente pasa que cuando las cosas mejoran, uno tiende a subestimarlas. No se corrigen 120 años de desmanejo y 20 de desastres en un año, por eso digo que valoremos el cambio de rumbo".
"Estábamos horrible, en la peor situación económica de la historia y además estábamos por el rumbo incorrecto directo a estrellarnos. La mayor garantía que podemos darle es que no nos vamos a desviar de este rumbo", enfatizó.
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Además, tras destacar que su relación con el presidente Milei es la "mejor que la que cualquier ministro de Economía haya tenido en la historia", prometió: "Nunca nos vamos a desviar del orden macro y siempre vamos a seguir en este camino que es el de reducir el gasto para poder seguir reduciendo la inflación y poder reducir impuestos".
Al recordar la eliminación de retenciones en algunos rubros y la baja en otros, sostuvo: "En el ranking de baja de impuestos, el campo rankea arriba de todo" y se comprometió en seguir "haciendo lo posible y lo imposible por simplificarles a los productores la vida y hacerles más rentable el trabajo".