En ese momento, el derecho de exportación de la soja pasó del 33% al 26%, una disminución de 7 puntos porcentuales. Pese a la reducción, los tributos siguieron vigentes. Ahora, con la nueva medida, esa tasa se elimina completamente, lo que representa una baja drástica: de 26% a 0%.
Funcionarios del área económica remarcaron que el recorte es “muy importante”, tanto por su magnitud como por el contexto político en que se produce.
Anuncio Adorni retención cero grano
Los dólares que busca el Gobierno
El objetivo inmediato es claro: forzar la liquidación de los granos que aún no se comercializaron. De acuerdo con estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), existen en el país alrededor de 10.500 millones de dólares sin liquidar de la campaña anterior.
Esa producción se encuentra mayoritariamente en manos de las grandes compañías exportadoras. Se calcula que nueve empresas concentran la mayor parte de esos granos, y por eso la decisión de eliminar las retenciones apunta directamente a ese sector.
La expectativa del Ejecutivo es que, con este incentivo, los dólares entren en el mercado cambiario en las próximas semanas y permitan reforzar las reservas del Banco Central, además de calmar la presión sobre el tipo de cambio.
Los derechos de exportación son una de las principales fuentes de ingresos del Estado. Por eso, la decisión de eliminarlos temporalmente implica un costo elevado para las cuentas públicas.
Un gesto al campo
Además de la urgencia cambiaria, la medida busca recomponer el vínculo con el sector agropecuario. En la última elección en la provincia de Buenos Aires, el oficialismo registró un desempeño más débil en la zona núcleo, donde el campo tiene mayor peso político.
A eso se suma el golpe que significaron las inundaciones en regiones agrícolas clave, que complicaron la campaña y dejaron pérdidas significativas. En ese contexto, el anuncio de retenciones cero aparece también como un gesto de apoyo al sector.
El trasfondo electoral: las elecciones legislativas nacionales
Desde la oposición ya advierten que la medida es una jugada electoral. Señalan que la coincidencia temporal con las elecciones no es inocente y que el Gobierno busca “comprar estabilidad” hasta los comicios, sin un plan de fondo para después.
En el oficialismo, sin embargo, responden que la medida es parte de una estrategia más amplia. “Estamos yendo con toda la munición disponible para evitar que el dólar se dispare: acuerdos con el Tesoro de Estados Unidos, negociaciones con el FMI y ahora esta decisión interna. Es un plan integral”, señalan.
Comunicación y mensaje político
El anuncio no se realizó en una conferencia de prensa tradicional, sino a través de un posteo de Manuel Adorni en redes sociales. La decisión de usar X para difundir la medida refuerza el tono político del mensaje: directo, confrontativo y con foco en la disputa contra la “vieja política”.
Las próximas semanas serán decisivas. El Gobierno necesita que los dólares ingresen rápido para lograr tres objetivos:
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Refuerzo de reservas en el Banco Central.
Contención del dólar paralelo y financiero.
Estabilidad política y económica en la previa electoral.