Sin dudas, la pandemia por COVID-19 jugó un rol clave en este nuevo escenario. Según los resultados del informe, la crisis sanitaria ha dejado una sensación de claridad en las personas a nivel global (72%) sobre sus expectativas y prioridades en el ámbito laboral. En ese sentido, en Argentina, el 81% de los trabajadores afirmó tener mayor claridad sobre sus objetivos profesionales tras el paso de la pandemia.
Como consecuencia, el 84% de los argentinos desea mayor flexibilidad en su trabajo, 8 puntos porcentuales por encima de la cifra registrada en el resto del mundo, donde el 76% desea un empleo que les permita una mayor flexibilidad.
Un cambio de aire laboral
La necesidad de un mayor equilibrio entre la vida personal y profesional, a su vez, impulsa a muchos trabajadores a generar un cambio. La encuesta consultó a los participantes al respecto y el 56% de los argentinos afirmó que está contento con su trabajo, pero abierto a nuevas oportunidades si se alinean con sus objetivos profesionales y personales. Casi el 20%, en cambio, comenzó a buscar o está buscando un nuevo empleo activamente desde hace algún tiempo.
En este sentido, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, afirmó: “La pandemia llegó a nuestras vidas para cambiar las reglas de juego y, ahora, los trabajadores argentinos están más conscientes de sus necesidades, tienen más claras sus prioridades, saben bien lo que quieren y se animan a ir por ello ”.
En efecto, la especialista reconoció que “esta revolución silenciosa que vivimos en el mundo laboral está obligando a las organizaciones a adecuar sus propuestas de valor para el empleado, a trabajar en forma personalizada en los esquemas de beneficios y, principalmente, en los arreglos de flexibilidad para poder retener a los más talentosos”.
Sin dudas, el coronavirus demostró que otra manera de trabajar es posible e impuso un cambio radical de paradigma donde el trabajo remoto, a distancia y por objetivos es igual o más productivo que el trabajo con jornada fija frente a un escritorio. “Esto ha disparado cambios de necesidades y expectativas de los trabajadores que no tiene vuelta atrás”, agregó Ávila.
Menos trabajo y más calidad de vida
Este empoderamiento de la fuerza laboral está ligado directamente al cambio de prioridades y la toma de conciencia como resultado de la crisis sanitaria más grande que atravesó la humanidad a escala global.
Esta situación llevó a muchos a reconsiderar su manera de vivir y, gran cantidad de trabajadores, están evaluando cambiar de trabajo, cambiar de carrera o, incluso, optar por un retiro anticipado.
De hecho, esta tendencia generó en Estados Unidos y otros países un fenómeno llamado “la gran renuncia”, por el cual un gran número de personas están abandonando sus puestos de trabajo impulsados por una búsqueda de un cambio de estilo de vida. La premisa de este movimiento es que “solo se vive una vez” (o YOLO, “you only live once”, por sus siglas en inglés).
En Argentina, en tanto, los trabajadores que buscan un cambio lo hacen, en primer lugar, por el salario y los beneficios (66%), según la encuesta de Randstad. Sin embargo, el deseo de flexibilidad laboral (49%) también es uno de los factores más valorados actualmente y se encuentra en estrecha relación con las transformaciones que se han dado en el mundo del empleo con la pandemia y la implementación forzada del teletrabajo.