La producción comienza en una planta donde se absorbe el aire a través de turbinas y compresores que se envían a una torre de separación de gases. Allí se separan el oxígeno y el nitrógeno. Luego se licúa el oxígeno para almacenar, se lleva a tanques criogénicos y se gasifica.
A partir de ese momento, el oxígeno pasa por una bomba de compresión. Para el uso medicinal, el oxígeno requiere de una etapa de purificación que antes de llegar a los centros de salud es verificada por técnicos que chequean que no existan gases impuros.
Vizzotti, salud, oxígeno, conferencia de prensa Presidencia.jpg
La ministra de Salud Carla Vizzotti junto al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en una conferencia de prensa en la que informaron sobre medidas referidas al oxígeno. (Foto: Presidencia)
Luego, se coloca dentro de los tubos o cilindros, que tienen una capacidad entre seis y 10 metros cúbicos, para repartirse en los distintos centros de salud que los utilizarán para abastecer los respiradores. Cuando el oxígeno se termina se pueden volver a cargar esos tubos.
El traslado del oxígeno se realiza a través de camiones especiales que deben encontrarse a -180 grados bajo cero y este proceso puede tardar entre tres y seis horas, dependiendo de cada compañía, pero sucede de forma dinámica, con lo que las cargas y reposiciones de oxigeno se realizan de forma permanente.
Pero en esta instancia apareció el primer cuello de botella para la industria. La pandemia generó un aumento en la demanda de las recargas de oxígeno. De esta manera, coinciden distintos representantes del sector a los que consultó A24.com, las reposiciones que antes se hacían cada diez días ahora se necesitan cada día y medio. En términos concretos, la demanda aumentó entre tres y cuatro veces más en comparación con el consumo previo a la pandemia.
En el mercado de los “fabricantes de oxígeno” hay tres grandes compañías que operan en Argentina: Air Liquid, Indura y Linde, pero hay otras empresas medianas y pequeñas que funcionan como intermediarios y también abastecen a hospitales y clínicas.
En la empresa Linde explicaron a este medio que antes de la pandemia, en marzo de 2020 el consumo de oxígeno medicinal era de 126 toneladas por día y para abril 2021 ese consumo se incrementó a 383 toneladas por día, es decir, un 204% más que hace un año.
Ante este panorama, los distintos representantes del sector insisten en que están trabajando al 100% de su capacidad y que la productividad intentó saldar las demandas de la segunda ola de coronavirus a través del aumento de los turnos laborales y atendiendo casi exclusivamente al sector medicinal.
“Se está produciendo, pero nada está alcanzando para atender a una demanda que creció casi por cuatro. No damos abasto”, se lamentó el titular de una compañía, desconcertado y atento ante la posibilidad de que los casos de coronavirus se multipliquen.