En el dinámico escenario económico actual, los inversores buscan alternativas que ofrezcan rendimientos atractivos y protección contra la inflación.
El plazo fijo Uva es una alternativa de ahorro y de rendimiento de ahorros. Cuánto rinden y cómo son.
En el dinámico escenario económico actual, los inversores buscan alternativas que ofrezcan rendimientos atractivos y protección contra la inflación.
Los Plazos Fijos UVA son depósitos en pesos que se ajustan por inflación, siguiendo el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER). Esta modalidad de inversión permite ajustar el capital a la variación del valor UVA, constituyendo una herramienta eficaz para resguardar el poder adquisitivo.
El período de inversión varía entre 90 y 365 días, adaptándose a las necesidades de los inversores. Además, existen variantes como el Plazo Fijo UVA tradicional, con un límite de 180 días, y el UVA precancelable, que permite la cancelación a partir de los 30 días.
El rendimiento de un Plazo Fijo UVA se determina considerando el valor UVA al inicio y al término del plazo fijo. Estos valores permiten proyectar las ganancias, que se suman a los intereses generados. Es crucial tener en cuenta la tasa de precancelación al constituir la inversión, ya que esta determinará la devaluación del capital en caso de retirarlo antes de los 180 días.
La entidad financiera debe informar claramente esta tasa, la cual se reflejará en la constancia de la imposición. Para cancelar un Plazo Fijo UVA, se requiere notificar a la entidad con 5 días hábiles de antelación.
La tasa nominal anual (TNA) para los Plazos Fijos UVA se sitúa en el 1%, lo que significa que rinde inflación +1. Por ejemplo, una inversión de $100.000 generará al final del plazo un total de $86.785,14, con intereses diarios de $493,15. Este rendimiento se vuelve aún más atractivo al considerar la disminución de la TNA, pasando del 133% al 110%, equivalente a un 9% mensual.