Alquileres: la ayuda de los padres se vuelve fundamental para los jóvenes que buscan alquilar, especialmente para aquellos provenientes del interior del país. (Foto Muhammad Abubakar - Pixabay)
Conseguir el primer alquiler propio en la ciudad de Buenos Aires se volvió una misión imposible para los jóvenes con sueldos mínimos. Los altísimos costos iniciales, sumados a los requisitos y las dificultades de encontrar departamentos disponibles, hacen que la anhelada independencia de sus padres sea un desafío poco probable.
“La demanda supera ampliamente la oferta de inmuebles disponibles y las propiedades anunciadas se alquilan prácticamente de inmediato”, explica Gabriel Brodsky, CEO de la firma Predial.
Esta situación, asegura, “se debe en gran medida a la problemática generada por la actual Ley de Alquileres, que establece ajustes anuales en los contratos con base en la variación de la inflación medida por el INDEC y los salarios establecidos por el RIPTE”.
De esta manera, según el Índice de Contratos de Locación (ICL) regulado por el Banco Central, los inquilinos que renovaron su contrato en junio se enfrentaron a un aumento anual del 100%, el más alto desde la entrada en vigencia de la ley.
En este contexto, la ayuda de los padres se vuelve fundamental para los jóvenes que buscan alquilar, especialmente para aquellos provenientes del interior del país. “En los casos en los que no cuentan con el respaldo económico de algún familiar, se ven obligados a compartir vivienda con amigos con el fin de reducir costos y poder hacer frente a los gastos”, señala Brodsky.
Según cifras generales del sector inmobiliario, el monto necesario para un contrato de alquiler, incluyendo el adelanto del primer alquiler y el depósito, asciende a $ 240 mil para un monoambiente, en un edificio con menos de 10 años de antigüedad.
Además, a este monto mensual hay que sumarle los costos de expensas que, en promedio, oscilan los $ 14.000.
Aunque esto no es todo. También se deben considerar otros gastos extras como el pago del flete para la mudanza, equipar el inmueble y el seguro de caución (una alternativa para inquilinos que no pueden acceder a otro tipo de garantía propietaria y que tiene un costo equivalente al valor de un mes de alquiler).
De esta manera, si se toma en cuenta que desde el 1 de junio el Salario Mínimo, Vital y Móvil se sitúa en $87.987 pesos, un joven necesitaría aproximadamente casi 3 sueldos mínimos para afrontar los gastos iniciales. Esto no incluye los otros ítems mencionados, lo que podría llevar la cantidad de sueldos necesarios a 5.
Por su parte, la elección del barrio en el cual vivir se convierte en un factor desalentador para los jóvenes, ya que muchas veces terminan optando por la ubicación en función del precio y no de sus preferencias.
"Hoy nos encontramos con zonas como Palermo, Belgrano, Núñez, Las Cañitas y Caballito que exigen alquileres en dólares, por lo que muchos jóvenes optan por buscar opciones en zonas aledañas como Parque Centenario, Almagro, Paternal, Villa Urquiza o Saavedra", precisó Brodsky.
De esta manera, remarcó, es evidente que “la dificultad del mercado actual ha llevado a muchos jóvenes a mudarse a zonas más económicas, ya que se les hace imposible mantener la localización en la que residían anteriormente”.
Por otro lado, en algunos casos, incluso aquellos que podrían costearla no logran encontrar una vivienda disponible, por lo que se observa un aumento en la cantidad de jóvenes que han regresado a vivir con sus familias, al menos de forma transitoria, o que optan por alquilar departamentos temporarios hasta encontrar una nueva vivienda.
Sin embargo, la problemática del acceso a la vivienda en alquiler no solo afecta a los jóvenes, sino que representa un desafío para toda la sociedad. “La necesidad de políticas públicas que promuevan un mercado más accesible y equitativo se vuelve cada vez más urgente”, puntualiza Brodsky.
