Pero la presidenta Boluarte insiste en que está firme en el poder y que cumplirá lo que prometió: una nueva institucionalidad para el país que termine con la inestabilidad política que lleva 20 años.
Violencia social y conflicto político
El presidente Pedro Castillo, antes de enfrentar un tercer pedido de juicio político, decidió cerrar por decreto al Poder Legislativo. La medida no tuvo el menor apoyo y como respuesta, el Congreso peruano no solo lo destituyó, sino que Castillo está preso desde entonces. Su vicepresidenta, Dina Boluarte asumió como presidente interina para normalizar al país. Ese fue el inicio de las violentas protestas, que ya llevan 50 días.
En el sur del país, Castillo logró su principal base de apoyo social. Por eso, en regiones como Puno y Cuzco se produjeron puebladas contra la administración de Boluarte. La violencia comenzó con el pedido de reponer en el poder a Castillo. En los primeros días de violencia murieron más de 10 personas, la mayoría en el sur peruano.
Pero se fue extendiendo hacia el centro del país. Lima se convirtió en el destino final de los manifestantes. Los choques con las fuerzas de seguridad dejaron hasta ahora un saldo de más de 50 muertes en 50 días.
Boluarte: "Elecciones generales para diciembre de 2023"
El plan de Boluarte era convocar a un gran acuerdo político que permitiera zanjar la permanente crisis entre el Congreso y el Poder Ejecutivo. Las renuncias y los juicios políticos han impedido que casi ningún presidente constitucional en los últimos años termine su mandato.
Desde 2001, con la renuncia de Fujimori (se autoexilió en Japón siendo presidente), Perú tuvo 8 presidentes, contando a la más que cuestionada Boluarte.
Entonces, parece haber hecho un cambio estratégico. Mantenerse en el poder y abandonar los intentos de lograr una nueva convivencia política. Acaba de decir, en un discurso por televisión, que el Congreso debe poner de una vez por todas la fecha de elecciones nacionales. Y si es durante 2023, aunque no haya tiempo para cambiar nada de la vida institucional del Perú, ya no importa. La prioridad es terminar con el estado de conmoción permanente.
Por eso, ahora la mandataria le pide al Congreso que fije un día de diciembre de 2023 para la nueva elección presidencial.
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Ana Gervasi, la canciller de Perú que rechazó el apoyo de Luis Arce (presidente de Bolivia) al destituido Pedro Castillo (Foto: cancillería peruana).
Conflicto con Bolivia
La situación interna en el Perú trajo además conflictos diplomáticos con países vecinos. Especialmente con aquellos que siguen defendiendo al golpista Castillo. Tal es el caso del gobierno de Bolivia.
Ya en diciembre, ese país, junto con México, Colombia y la Argentina firmaron un documento a favor de Castillo por el que la cancillería de Lima expresó su enérgico rechazo.
El fin de semana, como anticipo de la cumbre de la CELAC, Luis Arce volvió con su apoyo al presidente destituido. "Tenemos al pueblo peruano en una lucha por recuperar su democracia y también por recuperar el derecho a elegir un gobierno que los represente", dijo Arce.
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El apoyo de Luis Arce a Pedro Castillo desencadenó un conflicto diplomático entre Perú y Bolivia (Foto: D.D. Conclusión).
El gobierno de Boluarte expresó su condena al planteo de Arce. Dijo que es una "injerencia inaceptable" en los asuntos internos de otro estado. La mandataria acusó que desde Bolivia se introducen armas en Perú para pertrechar a quienes participan en las violentas protestas.
Entre los más críticos del gobierno de Perú figura el expresidente boliviano Evo Morales. Es por eso que tiene la entrada prohibida a ese país por intentar realizar "actividades de índole política proselitista".
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Un congresista del fujimorismo pide hasta una invasión al territorio de Bolivia por el apoyo a "terroristas en el Perú". (Foto: cuenta de Twitter del congresista Bustamante).
Tal vez, la medida más riesgosa es la que pidió un congresista peruano del bloque fujimorista. Por Twitter, el diputado Ernesto Bustamante pidió, si fuese necesaria, una incursión armada en suelo boliviano.