Nuevos elementos complican todavía más el juicio que existe sobre la actuación de los integrantes del servicio secreto en el atentado que casi termina con la vida del candidato republicano, Donald Trump.
Nuevas evidencias sugieren que los servicios de seguridad no actuaron como correspondía en el momento del ataque que casi le cuesta la vida al expresidente Donald Trump.
Nuevos elementos complican todavía más el juicio que existe sobre la actuación de los integrantes del servicio secreto en el atentado que casi termina con la vida del candidato republicano, Donald Trump.
Mientras se conforma el equipo especial que analizará lo que sucedió -tal como prometió Joe Biden- nuevas imágenes permiten suponer graves fallas en el accionar de quienes están entrenados para custodiar a quien puede ser nuevamente, el presidente de los Estados Unidos.
Un video muestra no solo al francotirador buscando la mejor ubicación desde el techo desde donde disparó contra Donald Trump. El sonido de los registros permite escuchar claramente como asistentes al mitin republicano vieron al sospechoso trepando para ganar el techo ubicado a uno 80 metros de distancia de donde estaba el escenario para el candidato republicano.
En varias oportunidades, las personas le gritan a la policía que estaba en esa zona que una persona armada había logrado subir al techo. Y se tomó el tiempo que tuvieron los hombres de la seguridad para prevenir el ataque y no lo hicieron.
Los asistentes al mitin vieron a Thomas Matthew Crooks subir al techo de un depósito y colocarse en posición de tiro con una ametralladora con mira telescópica. Desde que comenzaron a gritar y alertar a la policía hasta el disparo que dio en la oreja de Trump y pudo haberlo matado, pasaron 100 segundos. Tiempo suficiente para actuar, pero el servicio secreto no hizo nada. Ni protegió a Trump y lo retiró indemne del lugar, ni actuó preventivamente sobre el atacante.
Solo le dispararon y lo mataron una vez que lanzó tres disparos. Uno de ellos pudo haber matado a Trump. Otro mató a un hombre que protegió a su familia al escuchar el primer disparo. Otra persona también resultó herida de gravedad.
Recién en ese momento, un "sniper" del servicio secreto disparó y mató a Crooks.
Los policías que estaban en el lugar desde donde disparó Crooks parecen ignorar el alerta a viva voz de la gente en ese momento. Los francotiradores que custodiaban a Trump apuntaban hacia ese lugar pero no hicieron nada. Lo que más llama la atención es que cuando Crooks disparó, la respuesta que lo abatió fue casi instantánea. Por lo que una duda muy importante en este caso es por qué no dispararon antes si, es evidente, ya lo tenían en la mira.
Cerca de Trump, la acción de los miembros de la seguridad no fue mucho mejor. Trump se toma la oreja y se oculta debajo del atril antes de que llegue algún agente a protegerlo. Pero grabaciones de celulares tomadas desde la tribuna detrás del expresidente muestran como agentes ya miraban hacia la zona desde donde provino el disparo de Crooks, alertaron a algunas personas para que dejaran en lugar y caminaban agachados. Es decir, cumplieron con varios puntos de un protocolo de seguridad, menos el más importante. Evacuar al blanco ( Donald Trump) antes de que el potencial asesino dispare.
Antes de presentarse en la convención republicana, le dijo al New York Post: "Se supone que debería estar muerto”. Viendo los errores del servicio secreto, parece tener toda la razón.