Pero eso es en lo inmediato. Dependiendo del tipo de accidente, podría liberarse una radiación que llegaría a miles de kilómetros de distancia, afectando a muchos países de Europa. La central cayó bajo el control ruso en el pasado mes de marzo. Desde entonces no se le han practicado más las revisiones de rutina previstas por el Organismo Internacional de Energía Atómica, de las Naciones Unidas (OIEA/ONU), que dirige el argentino Rafael Grossi.
Está en Ucrania el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Aprovechando su presencia - supervisa el acuerdo con Turquía y Rusia para la liberación de granos desde Odesa), la OTAN le pidió este jueves que reitere la urgente necesidad de verificar las condiciones de seguridad de la planta nuclear.
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Chernobyl: En 2016 se colocó en la central nuclear que estalló, un nuevo caparazón de acero diseñado para impedir la fuga de radiación en los próximos 100 años (Foto: Gentileza La Vanguardia)
Zaporiyia, ¿un accidente nuclear como Chernobyl o Fukushima?
Los antecedentes son alarmantes. El 26 de abril de 1986, la planta nuclear de Chernobyl, también en Ucrania (en ese entonces dentro de la Unión soviética) tuvo una explosión en su núcleo central, produjo un pavoroso incendio y liberó al aire una mortal nube radiactiva. Hubo una falla en la prueba de una simulación de un corte de energía eléctrica. Al intentar reconectar el funcionamiento del reactor, las barras de grafito se calentaron sobremanera y sin la refrigeración necesaria se incendiaron y causaron una explosión de su núcleo con la liberación de una radiación mortal.
31 personas murieron en el momento del accidente, y alrededor de 135.000 personas tuvieron que ser evacuadas en un radio de 155.000 km2. La localidad de Pripiat también debió ser evacuada por completo. En 2016 logró colocarse un escudo de 36.000 toneladas de cemento para blindar completamente a la central nuclear de Chernobyl.
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Reactores nucleares de la central de Fukushima en Japón, destruidos por un Tsunami en 2011 (Foto: Gentileza El País)
El 11 de marzo de 2011, un terremoto de 9 grados en la escala de Richter frente a las costas de Japón provocó un tsunami. Olas de 14 metros llegaron a la costa y causaron otra tragedia nuclear. Superaron los 5,7 metros de alto de los diques de la central de Fukushima. El agua de sal impidió que se refrigerara como corresponde y provocó un accidente en los reactores 1, 2 y 3. Por la forma de construcción de los reactores (6 en total), no se produjo una explosión como en Chernobyl. Pero sí hubo una fuga radiactiva por el aire y por el agua.
Hubo que evacuar a más de 150.000 personas en un radio de 20 kilómetros. Años después, Japón solo reconoció la muerte de 1 persona, 12 Heridos y 16 con lesiones físicas debido a explosiones de hidrógeno. Dos trabajadores llevados al hospital con posibles quemaduras por la radiación.
Sin embargo, la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear (NISA) elevó a 7 el nivel de peligrosidad para los reactores afectados. El mismo nivel de Chernobyl.
Ambos, son considerados como los peores accidentes de centrales nucleares de la historia. Ahora, se trata de evitar que por la guerra entre Rusia y Ucrania, en Zaporiyia ocurra algo peor.