"He firmado el Decreto Ejecutivo 741, con el objetivo de disolver la Asamblea Nacional y solicitar se convoque a elecciones". Es parte de la explicación que dio el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, para anunciar la disolución del Parlamento.
"He firmado el Decreto Ejecutivo 741, con el objetivo de disolver la Asamblea Nacional y solicitar se convoque a elecciones". Es parte de la explicación que dio el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, para anunciar la disolución del Parlamento.
Lasso tomó la decisión un día más tarde del inicio del juicio político en su contra por parte del Poder Legislativo.
En otro momento, el mandatario dijo: "Esta es la mejor decisión para darle una salida constitucional a la crisis política y conmoción interna que soporta el Ecuador y devolver al pueblo ecuatoriano el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones".
Por esas paradojas de la política, una reforma constitucional en tiempos del mandato del expresidente Rafael Correa le permite al presidente tener esta atribución de disolver otro poder de la República. Ahora, la Corte Suprema Ecuatoriana tiene 90 días para decidir si la medida es constitucional.
Rafael Correa está condenado por corrupción en los tribunales de Ecuador, pero se encuentra prófugo, asilado por el gobierno de Bélgica.
En su decreto, el presidente habla de la necesidad de cerrar al Poder Legislativo ante la grave crisis institucional del país. La crisis surge justamente porque la oposición inició en en Parlamento las audiencias para ver si corresponde realizarle un juicio político y apartarlo del poder. Desde que llegó a la presidencia, hace 2 años, Lasso ha enfrentado una multitud de protestas, especialmente por la marcha de la economía. Está a mitad de su período de gobierno, pero su popularidad no llega al 20%.
Los principales legisladores que buscan su destitución son seguidores del expresidente Rafael Correa. Paradójicamente, una reforma del propio Correa, le permite esta maniobra institucional extrema a Lasso, en busca de sobrevivir políticamente.
En su gobierno, Rafael Correa, seguidor de las ideas del chavismo, impuso una reforma constitucional al Ecuador. Allí le dio más poderes al Ejecutivo. La posibilidad de disolver al congreso, como ocurre en las repúblicas parlamentarias europeas, fue una de las modificaciones a la carta Magna.
Lasso y Correa están profundamente enfrentados en términos ideológicos. Correa fue condenado por corrupción en Ecuador, pero huyo del país y encontró asilo en Bruselas, la capital de Bélgica.
Ahora, Guillermo Lasso se ve favorecido por su enemigo político, el mismo que presiona a los legisladores opositores para destituirlo con el juicio político.
La Constitución reformada le permite cerrar el parlamento. Por 90 días gobernará por decreto. La corte Suprema mientras tanto, debe decidir si su acción viola o no el espíritu de la carta magna.
El objetivo final de Lasso es que Ecuador vaya a nuevas elecciones generales. Para elegir un nuevo parlamento y al presidente. Si su plan se cumple, puede ser ratificado como presidente y tener un parlamento menos hostil. De lo contrario, su poder se habrá acabado y Ecuador tendrá una nueva crisis institucional.