Además, la nueva disposición penal plantea a través de la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico que también serán penalizados ese tipo de delitos cometidos por laicos que ocupen funciones en la Iglesia, y ya no solo los cometidos por los religiosos.
Se trata de un paso más en la batalla del pontífice argentino contra los abusos sexuales de menores dentro de la Iglesia, un fenómeno que ha estado por décadas encubierto por la institución.
También será castigado en la misma línea quien "recluta o induce a un menor, o a una persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón, o a la que el derecho reconoce igual tutela, para que se exponga pornográficamente o participar de exhibiciones pornográficas, tanto verdaderas como simuladas" o quien "inmoralmente adquiere, exhibe, conserva o divulga, en cualquier forma e instrumento, imágenes pornográficas de menores o de personas que habitualmente tienen un uso imperfecto de la razón".
En un documento firmado el 23 de mayo el pontífice, que prometió tolerancia cero ante la pederastia de los curas, reconoció los daños causados y espera que al tipificar el delito se logre "prevenir males mayores y sanar las heridas causadas por la debilidad humana".
El Papa Francisco enmarcó los cambios "en el contexto de los rápidos cambios sociales que experimentamos, bien conscientes de que "no estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época", y consideró que "para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo, resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal".