Molly estaba caminando e investigando el suelo marino en la costa junto a su padre Bruce. El agua le llegaba casi hasta donde las botas se juntan con las rodillas. Cuando vio algo, se tiró sin dudarlo al agua. Salió con un elemento que ahora es noticia mundial: un diente de Megalodón, el ancestro del tiburón y el depredador más grande que haya habitado en los mares.
¿Qué fueron los megalodontes?
Estos animales fueron los antecesores en la evolución del tiburón. Su forma era la misma, pero sus dimensiones eran totalmente superiores. Llegaban a medir 18 metros de largo (el mismo tamaño que la ballena franca austral).
Pero tenía una mandíbula de 2 metros de ancho que contenía a 270 dientes. Para los biólogos y paleontólogos, este tiburón fue el mayor depredador que existió sobre los mares.
Vivió en la Tierra desde hace 20 millones de años hasta los 2,6 millones de años. Pero como sucedió con otras bestias enormes del período Cenozoico, se extinguió. Pese a que cada tanto, hay quienes aseguran encontrarse con alguno de estos animales. Incluso hasta hay videos en las redes sociales. Pero es claramente un invento o un engaño. Los megalodontes desaparecieron hace casi 3 millones de años.
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La mandíbula del megalodón tenía 2 metros de ancho y 270 dientes (Foto: Captura de TV)
¿Por qué se extinguieron los megalodontes?
El depredador de los mares tuvo su apogeo mientras el agua era cálida. Pero el Planeta vivió una etapa de glaciaciones. Una de las explicaciones de los científicos señala a la glaciación del período cuaternario, hace 3 millones de años. La temperatura de los mares se enfrió y eso afectó a estos monstruos del mar de manera irreparable. No tuvieron más los sitios en los que se reproducían o nacían sus crías y comenzaban a crecer.
Pero además, la evolución de las especies hizo su aporte. El tiburón blanco, apareció en los mares hace 6 millones de años. Inicialmente, solo en el Océano Pacífico. Pero tras 2 millones de años de evolución, se adaptó a otros mares de la Tierra.
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El megalodón no pudo adaptarse a mares más fríos y a la competencia con el tiburón blanco. (Foto: Gentileza La Vanguardia)
El tiburón blanco, tres veces más pequeño, pero más ágil que su ancestro, le fue quitando la comida y el espacio en los mares. Junto a otros depredadores que de expandieron por los océanos, el Megalodón no pudo sobrevivir a una competencia mucho más eficiente para comer y desarrollarse.
Un hallazgo fantástico
La pequeña Molly fue entusiasmada a estrenar sus botas para internarse en el agua. Cuando se zambulló de pronto, sus padres no comprendieron el porqué. Pero cuando vieron lo que tenía en la mano se sorprendieron. Era un diente que se parecía a los de los tiburones, pero de un tamaño mucho mayor.
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la pequeña Molly halló un diente de Megalodón, un ancestro prehistórico del tiburón (Foto: Gentileza AS)
Convocaron a especialistas marinos del Museo Marítimo Calvert en Maryland. A simple vista se maravillaron con el hallazgo. Coincidía con otros dientes de Megalodón hallados en otros lugares del mundo.
Después de someterlo a una serie de estudios científicos confirmaron esa noticia. Molly hallo una pieza dental de una bestia marina extinguida hace casi 3 millones de años. Lo que sorprendió es que estuvieran tan al alcance de la mano. Apenas enterrada en el fondo del mar, a muy poca profundidad.
Ese resto paleontológico ya está en el museo Calvert. Para más estudios complementarios. Y para sorprender a los visitantes, al ver un diente de 16 centímetros y 1,5 kilos de peso. Todo gracias a unas botas, regalo de navidad a una niña.