El artículo 49.3 le permite aprobar por "decreto" un proyecto que no tiene la sanción de toda la Asamblea Nacional. Solo tenía la media sanción del senado.
Para rechazar la ley, debía prosperar una moción de censura contra el Gobierno. Como la oposición no logró el número necesario, la reforma previsional de Macron ya es ley.
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Las reforma previsional alimenta las protestas violentas en las calles de Francia (Foto: Captura de TV)
Al superar la moción de censura, Macron se anotó otra victoria política no menor: Su primera ministra Élisabeth Borne, quedó confirmada en el cargo. Fue la figura que debió llevar una encarnizada defensa de la reforma de Macron en el debate de la Asamblea Nacional.
Protestas pese a la confirmación de la ley
Francia lleva más de un mes de agitación social. Marchas, huelgas y paros han afectado a todo el país mientras el parlamento discutía la reforma de Macron. Lo que sucedió ayer solo sirvió para mantener el clima de efervescencia. Una vez conocida el fracaso de la moción de censura, grupos de descontentos se volvieron a concentrar. Uno de los puntos centrales fue en los alrededores de la torre Eiffel, no muy lejos de la sede de la Asamblea Nacional.
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La policía tuvo enfrentamientos con manifestantes en los alrededores de la torre Eiffel (Foto: Captura de TV)
Los incidentes durante la noche - con la reforma previsional confirmada como ley - dejaron un saldo de 300 personas detenidas y varios heridos.
Mientras tanto, los gremios más duros ratificaron que continuarán su plan de lucha contra la ley provisional. Esto se sumará a la situación de las refinerías que siguen con severos inconvenientes para poder hacer llegar el combustible a estaciones de servicio.
Para el próximo jueves, se llamó a la novena jornada nacional de protestas. Por ejemplo en París, seguirá el problema con la recolección de residuos que ya acumula 10.000 toneladas de basura por las calles.
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Tachos de residuos se incendian en París. De fondo, el arco del Triunfo. (Foto: Gentileza El País)
La última carta de la oposición
La reforma que eleva la edad jubilatoria de 62 a 64 años superó todos los obstáculos. Las protestas iniciales, las huelgas y el debate parlamentario. Cuando se le empantanó el proyecto en la Asamblea, Macrón encontró la llave en un artículo constitucional.
La reforma se aprobó por "decreto" y al no prosperar la moción de censura quedó ratificada como ley. La oposición tiene un solo camino: lograr que se llame a un referendum para que la población se pronuncie por "sí" o por "no".
Pero parece difícil que puedan lograr las firmas necesarias para obligar al ejecutivo a convocar esa consulta al pueblo de Francia. En ese país se necesita que 1/5 de los miembros del Parlamento –182 parlamentarios– apoyados por 1/10 de los electores inscritos en la lista electoral pidan la celebración de un referendum. Un cálculo aproximado requiere aproximadamente que 4 millones de ciudadanos pidan la consulta. Difícil de conseguir.
Macron impuso su reforma contra viento y marea. Solo resta saber si las protestas populares lograrán lo que la vía institucional no pudo. La otra cara de la moneda tiene al propio presidente. ¿Habrá logrado una victoria a lo Pirro, que debilite definitivamente su reputación y capacidad para gobernar?