Un turista argentino, que viajaba en un micro desde Arraial do Cabo hacia Buzios, en la zona de Río de Janeiro, terminó detenido y con una grave acusación: proferir insultos racistas a una pasajera local.
Un turista argentino tuvo una discusión a bordo de un colectivo con una mujer. Pero las palabras que eligió para discutir - la insultó - provocaron la reacción de otros pasajeros. Está detenido por dichos racistas.
Un turista argentino, que viajaba en un micro desde Arraial do Cabo hacia Buzios, en la zona de Río de Janeiro, terminó detenido y con una grave acusación: proferir insultos racistas a una pasajera local.
Tuvo un inconveniente con su mochila con una pasajera y como la mujer le reclamo, él la llamó "mono"("macaco", en portugués.
La situación quedó capturada en un video capturado por otro pasajero. Allí se puede ver que el argentino increpa a la mujer, con esa expresión que es considerada como una grave situación de racismo. La reacción de los demás pasajeros, contra la actitud del turista argentino, provocaron la intervención de la Policía que subió al colectivo y detuvo al hombre que tuvo esos insultos racistas.
Ahora está acusado de haber cometido un crimen por racismo, comparable al acoso sexual. Un delito por el que se le pueden llegar a dar una condena de 5 años y que no es excarcelable por su gravedad en la justicia y sociedad brasileña.
Según lo informado por la policía, los pasajeros de un colectivo que iba de Arrial do Cabo a Buzios, dos playas en al noreste de Río de Janeiro, se alborotaron al escuchar un insulto racista por parte de un turista argentino. Trascendió que una mujer le habría recriminado por un roce, golpe, o molestia con su mochila. Sin embargo, el turista, lejos de pedir perdón, la llamó de "macaca" ("mona") lo que es claramente un insulto racista.
Ese momento no quedó registrado en video. Producido el incidente, algunas personas tomaron su celular y grabaron lo que sucedió a continuación. Un hombre le recrimina al argentino haber insultado con contenidos racistas a la mujer. Mientras lo señala con su otra mano, se nota una sonrisa - nerviosa o que no le importa demasiado - en el rostro del argentino.
Como las protestas continuaron - la gente le pedía al conductor que parara para que se lo obligara a bajar a la persona, debió intervenir la policía. El argentino se negó a bajar pese a los gritos contra él. La policía, entonces, tomó nota en el lugar de los insultos - según el testimonio de varios pasajeros - por lo que el turista terminó detenido.
No trascendió su nombre, pero su situación es complicada. Los insultos racistas son un delito grave en Brasil. En principio, el turista puede recibir una pena de dos o tres años de condena. Con el agravante de que este tipo de delitos - por racismo - no son excarcelables.