El resultado arrojó que un infectado tiene una capacidad de contagio del 0,4, proporción insuficiente para propagar el virus.
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Las "burbujas" permiten aislar casos sin cerrar las escuelas (Foto: Ministerio de Educación de Cataluña).
Las "burbujas" permiten aislar casos sin cerrar las escuelas (Foto: Ministerio de Educación de Cataluña).
Esto es lo que ha permitido sostener las clases presenciales, mientras otras actividades deben alternar ciclos de aperturas y cierres.
La escuela, una burbuja
En Cataluña se ha implementado el sistema de "burbujas" dentro de los establecimientos educativos. Grupos que se mantienen constantes con protocolos de desplazamiento, ubicación, distanciamiento e higiene.
Es lo que permite que, en caso de presentarse un contagio, se aísle a los componentes de la "burbuja". Mientras tanto, la escuela permanece abierta a las clases presenciales para el resto de los alumnos.
Los resultados del testeo son más que alentadores. En un 80% de los casos, el positivo (tanto de alumnos como de trabajadores) no contagia a nadie. Cuando sí lo hace, la media de contagios se sitúa en 1,8 casos. En total, cada infectado contagió de promedio a 0,42 personas en el primer trimestre y a 0,37 en lo que va del segundo. Conclusión: no propagan la enfermedad.
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Protocolos especiales de limpieza e higiene en las escuelas (Foto: Ministerio de Educación de Cataluña).
Protocolos especiales de limpieza e higiene en las escuelas (Foto: Ministerio de Educación de Cataluña).
En declaraciones a El País, Enrique Bassat, del Instituto de Salud Global de Barcelona dijo: “Esto indica que hay una baja transmisibilidad. Que el índice de contagios en las escuelas sea del 0,4 es muy buena noticia, y también refleja lo que se está haciendo en ellas para prevenir la transmisión".
Con estos datos, Bassat es categórico en una recomendación para imitar: "Creo que debemos ser firmes en mantener las escuelas abiertas”.