El video que preanuncia la tragedia de la turista en el volcán
La imagen tiene a las chicas en el centro, pero viendo todo el panorama, se entiende en parte lo que sucedió. Una cadena de hechos - aparentemente inofensivos - que terminaron conspirando para que Juliana perdiera la vida luego de tres días de búsqueda e intentos fallidos para salvarla.
juliana Marins en el volcán de Indonesia .jpg
Juliana y Federica hablan del ambiente y lo que se ve son nubes a la altura de la cima de la montaña con el cráter. Hay algo de niebla que restringe la visión. Estos datos climatológicos serían muy importantes una vez que la joven brasileña se desbarrancó unos 500 metros.
Primero, no la podían ver desde la cima. Luego, cuando comenzaron con descensos de rescate, las malas condiciones del tiempo y la escasa visión, no les permitió a los grupos de ayuda, poder encontrarla luego de la caída.
En ese video se ve menos, pero en otro se nota claramente el elemento más importante para entender por qué se cayó tantos metros y lo difícil de movilizarse para los rescatistas. El piso es eminentemente volcánico. Tiene ese color negro que produce las emanaciones del cráter, el volcán está activo aunque no lo sea constantemente.
Además, tiene un polvo muy significativo que acompaña a las pequeñas piedras negras. La mezcla de ambos convirtió el suelo el algo sumamente peligroso. En cuanto se comienza a descender resultaba imposible no resbalarse.
Por lo tanto, como Juliana estaba sola cuando perdió el equilibrio, nadie la vio caer en ese instante.
Las últimas imágenes de juliana con vida
A Juliana tardaron en localizarla por la mala visibilidad. Cuando pudieron hallarla, intentaron rescatarla, pero no se pudo por la dificultad del lugar en el que estaba. Lo que era reconfortante es que a la distancia, se la veía viva, como pequeños movimientos de sus brazos, como manipulando elementos. No Movía sus piernas, lo que hizo suponer que estaba herida, pero aún se mantenía con vida.
Ese fue el último registro de ella. Para cuando lograron llegar hasta los 500 metros de profundidad e intentar rescatarla, comprobaron que era tarde. Lamentablemente, ese tercer día fue demasiado. Juliana ya había muerto. Ahora, su familia quiere saber el nombre completo de todos quienes estuvieron con ella, para determinar si alguien actuó mal o con negligencia cuando corrían horas irrepetibles para poder salvarla con vida.