La novedad está dada esta vez porque la tregua podría comenzar sobre la navegación en el Mar Negro. Esto permitiría garantizar la salida de la producción cerealera de Ucrania. Pero al mismo tiempo - y esto le interesa especialmente a Vladimir Putin - sería "cristalizar" lo que logró Rusia en la guerra: tener todos los territorios que permiten controlar el paso al Mar Negro.
La tregua entre Rusia y Ucrania que se discute en Arabia Saudita
El príncipe Faisal bin Farhan al-Saud, consejero nacional de Arabia Saudita, es el anfitrión de varios personajes claves de Rusia y Estados Unidos. Lavrov y Rubio, los encargados de la diplomacia de ambos países, están acompañados por consejeros de seguridad. Entre ellos, Steve Witkoff, un enviado especial del presidente Donald Trump para este tema.
La primera "misión" se cumplió con las conversaciones personales - por teléfono - de Donald Trump con Vladimir Putin y con Volodimir Zelensky. Trump dijo desde los tiempos de la campaña que terminaría casi instantáneamente con la guerra entre ambos países. Sin embargo, en estos 62 días en el poder, el conflicto continúa y la tregua solo tiene declaraciones de buenas intenciones. Especialmente desde Rusia.
Vladimir Putin le dice a su "amigo" Trump que quiere la paz, pero no a cualquier precio. Sabe que luego de tres años, pese al apoyo dado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Zelensky no pudo echar a las tropas rusas de los territorios invadidos. Y quiere que eso quede reflejado en los eventuales acuerdos con Ucrania.
Desde 2014, Rusia controla la península de Crimea y en la guerra tomó todos los territorios del este ucraniano. Sumado al territorio ruso en la costa este del Mar de Azov, todo el acceso al Mar Negro desde allí está en manos de Moscú.
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¿Una tregua en la guerra entre Rusia y Ucrania, para garantizar la navegación por el mar Negro? (foto: A24.com)
Por eso, esta alternativa que se discute ahora en Arabia atrae más al Kremlin. Es una posible tregua para garantizar la situación de paz sobre el Mar Negro. Esto tiene dos "beneficios" inmediatos para los países en conflicto. Ucrania tendría asegurado que sus granos podrían salir sin inconvenientes desde el puerto de Odesa. Durante estos más de 36 meses de combates, hubo varias negociaciones - con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) - para que ese puerto estratégico no fuera atacado por los rusos.
Para Putin, en principio, el beneficio es otro, vinculado con la "doctrina de los hechos consumados". Rusia controla absolutamente el paso al Mar Negro desde el Mar de Azov. Entonces, la tregua implicaría, al menos mientras dure, que su dominio sobre la península de Crimea y el este de Ucrania, no entrará en disputa.
Para Ucrania, su salida al Mar Negro quedaría reducido a Odesa y la costa más próxima. Nada más.
Rubio y Witkoff tienen una carta doble para negociar: a Putin le advirtió de otras sanciones si no acepta una tregua como primer paso para la paz y a Zelensky, la continuidad o suspensión de la ayuda militar. Para Putin, las sanciones son un tema menor porque no dieron resultado en los últimos tres años. En cambio, para Zelensky, si pierde la ayuda de los Estados Unidos, no podrá seguir enfrentando a las tropas rusas.
Eso es lo que se discute en Arabia Saudita. Una tregua entre las partes como antes, solo que cambió el lugar: a los centros de producción de energía se agrega el Mar Negro: un objetivo a largo plazo para Vladimir Putin.