El presidente Lula encontró en el profundo impacto de la gran sequía en nuestro país un buen argumento para interceder ante el Fondo.
”Le pedí a la directora del FMI que tuviera comprensión de que Argentina después de la pandemia tuvo una sequía que destruyó el 25% de su producción agrícola y eso pesa mucho. Le dije que si Argentina no tenía condiciones ahora no era necesario presionarla", manifestó.
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Brasil está de regreso en el panorama internacional con Lula como presidente. Aprovechó la cumbre del G7 para pedir por la Argentina ante la titular del FMI (Foto: Gentileza La jornada)
Lula da Silva, al FMI: "Más tiempo para la Argentina"
Lula llegó el viernes pasado para participar como invitado a la cumbre del G7, en Hiroshima, Japón. El mandatario está cumpliendo con lo que prometió en la campaña y ratificó en su discurso al inaugurar su tercer mandato: devolver la proyección internacional para Brasil, que estaba en una suerte de ostracismo desde la llegada de Jair Bolsonaro al poder.
El encuentro entre las dos figuras duro alrededor de media hora. Cuando habló ante la prensa, Lula dijo que hizo una mención expresa del caso argentino ante la titular del FMI.
El presidente brasileño puso a su propio país como ejemplo de la rigidez de los planes del Fondo Monetario cuando dijo: "El endeudamiento externo de muchos países, que victimizó a Brasil en el pasado y hoy destroza a Argentina, es causa de una flagrante y creciente desigualdad, y requiere un tratamiento del FMI que considere las consecuencias sociales de las políticas de ajuste”.
Con esa introducción, paso a pedirle a Georgieva en concreto que por la sequía tan severa que afectó a la Argentina. Sobre todo porque complicó la posibilidad del ingreso de dólares por la liquidación de la venta de granos al exterior.
Lula le dijo a la titular del FMI que ante esa circunstancia extraordinaria, se le debe dar un cronograma menos severo al país para que pueda cumplir con la renegociación de la deuda acordada cuando Martín Guzmán era el ministro de economía argentino.
Por supuesto, el pedido del presidente del socio principal del Mercosur, no sólo es una muestra de solidaridad regional. Muchos empresarios brasileños ven con preocupación la situación económica de la Argentina - inflación y depreciación del peso - que complica el intercambio comercial. Por eso, una posición más aliviada para el país puede ayudar indirectamente a la industria brasileña y sus exportaciones a la Argentina.
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Lula y Alberto Fernández, en la reunión en Brasilia a principios de este mes. (Foto: gentileza Contrapoder)
"Quitarle el cuchillo del cuello" a la Argentina
Cuando Alberto Fernández viajó a Brasilia, a principios de este mes, se encontró con Lula y dialogaron sobre temas muy puntuales.
- Préstamo o apoyo económico desde Brasil
- Conversión del intercambio entre el peso y el real, evitando el paso por el dólar.
- Incrementar la cooperación bilateral tras el gobierno de Bolsonaro.
En el anuncio conjunto que hicieron, Lula habló de la amistad, pero anunció que Alberto Fernández regresaba a la Argentina sin una ayuda concreta en reales.
Sin embargo dejó una frese para los títulos informativos: se comprometió a mediar con el FMI para que "quite el cuchillo del cuello a la Argentina" que ahoga a su economía.
Esa frase, rondó en la reunión con Kristalina Georgieva. Pero con lenguaje diplomático, Lula pidió más tiempo para nuestro país.