Manzanas y jabalíes, aliados inesperados para sobrevivir
Ahmed Ait Hamed vive en Anerni, un pueblo de apenas 500 habitantes. Distante a 80 km de Marrakech, es una de las aldeas más próximas al epicentro del sismo. Lamentablemente, el número de habitantes bajó por culpa del terremoto que en esa zona ya causó 37 muertos, aunque todavía hay muchas personas bajo los escombros. Para peor, como los equipos de rescate tardaron 48 horas en llegar, es difícil que puedan rescatar con vida a muchos de los que quedaron atrapados.
Sin embargo, durante la noche fatal, un hecho casual le salvó la vida a Ahmed. Estaba en el interior de su precaria casa con su esposa, su hijo, su nuera y sus dos nietos. De pronto, recordó algo que sucede con cierta regularidad. Un ruido lo hizo saltar de su silla. Periódicamente, jabalíes llegan hasta la pequeña huerta que tiene la familia a comerse sus manzanas, como uno de sus frutos preferidos.
Entonces, decidió salir de la casa para espantarlos. Tomó unas piedras, se acercó a la huerta y se las arrojó a los animales para espantarlos. Eran las 11 de la noche del viernes pasado. En ese momento la tierra tembló y lo sorprendió a Ahmed a cielo abierto. Su casa no resistió y se desplomó. Toda su familia quedó atrapada bajo los escombros. Solo él logró salvarse, por salir a espantar a los jabalíes y así proteger a sus manzanas.
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Ahmet, de 80 años, sobrevivió al terremoto gracias a un inesperado suceso en su huerta. (Foto: Gentileza El País)
Solo y aislado durante 48 horas
Ahmed sobrevivió, pero su casa desapareció y con ella parte de su familia: su mujer, Fatma; uno de sus hijos; su nuera, Saida; y dos de los cuatro hijos de estos últimos. Milagrosamente, otros dos nietos del anciano resistieron y salieron ilesos entre los escombros.
El abuelo y sus nietos estuvieron aislados durante 48 horas. El pueblo quedó destruido y la ruta que une a Anerni con Marrakech también está intransitable por causa del terremoto. Por eso, los rescatistas tardaron 48 horas en llegar hasta allí.
Cuando llegaron, encontraron al anciano sentado sobre los escombros de su hogar, acompañado por sus dos nietos sobrevivientes. Los rescatistas solo pudieron comprobar lo que temieron al llegar: ninguno de los otros familiares de Ahmed logró sobrevivir. Desde Marrakech llegó con los rescatistas otro de sus hijos.
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La demora en los grupos de rescate, uno de los graves problemas para ayudar a las víctimas del terremoto en Marruecos (Foto: gentileza LV).
Mohamed, de 52 años, llegó desde Casablanca, la ciudad más poblada e importante de Marruecos. Allí vive junto a otros 3 hijos de Ahmed.
Para los rescatistas, las construcciones ofrecieron una resistencia nula ante el sismo. De piedra y barro, con vigas de madera, se derrumbaron y además no dejaron huecos de aire para que los posibles sobrevivientes atrapados pudieran respirar entre los escombros.
Pero Ahmed tiene un reproche para hacer, a la vista de lo que sucedió con los rescatistas: en el pequeño poblado de Anerni no había equipos de emergencia. Dependía de la ayuda desde Marrakech.
Por eso el reclamo del anciano merece ser escuchado. "Si no van a venir, por lo menos que dejen las herramientas para que actuemos los vecinos ante una urgencia como esta", dice, y arriesga con tristeza: "Tal vez, en ese caso, mis familiares estarían vivos".
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Los muertos ya supera el número de 2.800 en Marruecos (Foto: gentileza NewsNation).
Ya son más de 2.800 los muertos
El número sigue en aumento por las razones que se resumen en lo que sucedió en el pueblo de Ahmed. Mala estructura edilicia, no preparada para resistir terremotos y un mal sistema de emergencias y de infraestructura. Muchos de los rescatistas que trabajan sobre Marrakech y sus alrededores son de España y Túnez.
De los más de 2.800 muertos, 2.530 fallecieron por quedar entre los escombros. La mayoría no pudo ser rescatada a tiempo. Inclusive en Marrakech, la ciudad con 930.000 habitantes, los problemas de infraestructura y equipamiento se sintieron a la hora de intentar auxiliar a las víctimas. Sin la llegada de los rescatistas del exterior, el panorama sería mucho peor que la devastación que sufre Marruecos.