Como si nada pasara en Venezuela, Nicolás Maduro asumió un nuevo período como presidente. Un día después de la marcha en todo el país que la oposición realizó para defender el derecho de González Urrutia como legítimo presidente de ese país.
Maduro realizó el juramento pese a que fue derrotado por Urrutia en las elecciones de 2024 y jamás pudo mostrar una sola acta con el resultado que lo diera ganador. Javier Milei fue blanco de sus críticas: lo llamó "nazi sionista y sádico social".
Como si nada pasara en Venezuela, Nicolás Maduro asumió un nuevo período como presidente. Un día después de la marcha en todo el país que la oposición realizó para defender el derecho de González Urrutia como legítimo presidente de ese país.
Maduro dio un discurso en la Asamblea Nacional tras su juramentación en la que afirmó que "Venezuela está en paz". "Que nadie se confunda con nosotros. Dije que iba a haber paz y hay paz y habrá paz. Garantizaremos la paz y la soberanía nacional por siempre", declaró.
"A los que atacan a Venezuela desde el exterior les digo: nosotros somos los redactores de esta Constitución. Esta Constitución nació a pesar de ustedes, los oligarcas de apellidos. Esta Constitución democrática fue escrita por el pueblo y está victoriosa. Venezuela está en paz, en pleno ejercicio de su soberanía nacional, de su soberanía popular, de su independencia nacional", dijo en su discurso.
"Convirtieron la elección nacional de Venezuela en una mundial, y se la ganamos", sentenció.
Nicolás Maduro no perdió el tiempo para volver a enfocar en Javier Milei, el presidente argentino como uno de sus máximos opositores.
Sobre el mandatario libertario dijo: " La extrema derecha, encabezada por un nazi sionista, un sádico social como Javier Milei junto al imperialismo norteamericano cree que le puede imponer a Venezuela un presidente".
Y agregó: "A Venezuela no le impone un presidente nadie en este mundo".
Maduro también cargo contra otros mandatarios a los que calificó como tibios y arrastrados, a quienes estuvieron en su contra. "¿Se puede conseguir un ser más arrastrado que Pierre Trudeau (sic) en Canadá?"
En realidad, Maduro quiso referirse a Justin, quien acaba de renunciar como primer ministro del país norteamericano. Pero en su arrebato, el chavista lo confundió con su padre, Pierre, que fue primer ministro canadiense, pero en 1980.
"Nosotros fuimos a una campaña electoral, el extremismo y el fascismo fueron a una guerra", dijo. Así definió Maduro la última campaña electoral. Dijo que la posición tenía como propósito final forzar una revolución civil. "Pero los derrotamos", afirmó sin ruborizarse, cuando al día de hoy sigue sin haber un solo documento oficial que pruebe la legitimidad de su pretendido triunfo electoral.
En un momento de su discurso de investidura, habló de un plan de gobierno para los próximos 6 años. Lo definió como "las 7 T", por las siete transformaciones. Lo curioso del plan es que ya está impreso y el líder bolivariano lo mostró. Tiene nada menos que su cara estampada en la tapa.
Luego de varios meses oculta por seguridad, Corina Machado apareció ayer en la marcha contra el régimen chavista. Sin embargo, cuando se retiró hubo un confuso episodio con disparos y en el que ella denunció haber sido detenida durante un tiempo.
En ese contexto, Maduro pretende seguir ejerciendo la presidencia de Venezuela de manera totalmente ilegítima. Sólo un puñado de países en el mundo han reconocido su triunfo y está prácticamente aislado en la región. Ni Gustavo Petro, presidente de Colombia, ni Lula da Silva, presidente de Brasil, estuvieron este viernes en Caracas y cada vez se alejan más de su figura.
La multitudinaria marcha opositora en todo el país contra su régimen, ha sido ignorada por completo por quienes detentan el poder. Los "colectivos" la manera en que se llama en Venezuela a los grupos parapoliciales, pasearon todo el día con sus motocicletas por Caracas, una amenaza constante para los manifestantes a favor de Edmundo González Urrutia.
En uno de los momentos de mayor tensión de la jornada, unas motos persiguieron y detuvieron por unos momentos a María Corina Machado. La líder de la oposición permanece en Venezuela, pero está oculta, resguardada para no caer en manos del régimen bolivariano.
Sin embargo, la siguieron cuando abandonó la marcha en Chacao, en el este de Caracas y le cortaron el paso. Machado llevaba 133 días oculta y ayer dio su mensaje a la oposición al chavismo. En un confuso episodio - en el que Machado denunció que uno de sus colaboradores resultó con una herida de bala - quedó detenida. Se dijo que fue secuestrada, pero luego ella misma envió un mensaje contando que estaba libre.
Como si nada de eso hubiese sucedido, el régimen sigue adelante con su intención de forzar un nuevo mandato de Maduro como presidente, carente de toda legitimidad.
La jornada ya se presenta tensa (hay dos horas menos en Venezuela en relación con nuestro país) y no se puede arriesgar qué puede suceder. Porque, además, el 10 de enero no es una fecha del chavismo: es el día de la investidura del nuevo presidente. Edmundo González Urrutia ganó las elecciones e insiste con asumir, él también, en este día.
El 28 de julio pasado, Edmundo González Urrutia ganó con el 67% de los votos contra el 31% para Maduro. Es decir, por más del doble. Pero el régimen, que domina a la Comisión electoral y a la Justicia obtuvo un pronunciamiento oficial que consagró ganador a Maduro.
De manera vergonzosa, se limitaron a informar que "Maduro triunfó en las elecciones con el 51,95% de los votos", pero no pudieron exhibir un solo registro oficial del comicio que avalara ese anuncio.
No sólo eso. Han transcurrido casi medio año desde la elección general y oficialmente, jamás apareció nada, ni siquiera un telegrama de una sola mesa electoral en un rincón del país. Por el contrario, María Corina Machado mostró al día siguiente las actas de sus fiscales con el contundente triunfo de González Urrutia. Para mayor seguridad, esas actas están guardadas como testimonio irrefutable en las bóvedas de seguridad del Banco nacional de Panamá.
Caracas lleva días militarizándose para permitir que Maduro preste nuevamente juramento como presidente. Además, las fuerzas de seguridad estarán enfocadas a detener a Urrutia si cumple con su anunció de volver a su país para jurar él como presidente.
Si pese a todo, Maduro asume como presidente, lo hará en un panorama de extrema debilidad internacional. Dos de sus principales apoyo (especialmente ideológicos y de recursos) no estarán en Caracas. Ni el presidente iraní ni Vladimir Putin asistirán a la jura ilegítima. Sobre Putin, además, pesa una orden de captura internacional por parte de Interpol por crímenes de guerra en Ucrania.
En América Latina, solo los regímenes autoritarios de Noriega en Nicaragua, Xiomara Castro en Guatemala y Díaz Canel en Cuba apoyan a Maduro. Ortega, además, tampoco asistirá a la ilegítima asunción (la suya es una presidencia igualmente ilegítima).
Lo más importante es que de las 9 otras naciones sudamericanas, solo Bolivia apoya al dictador Maduro, pero la crisis interna entre el presidente Arce y Evo Morales, mantienen a ese país también alejado de Caracas.
Apenas 24 horas se necesitaron para que el mandatario colombiano pasara de aliado a "conspirador internacional". La primera "traición" desde la óptica de Maduro fue el anuncio de que el presidente colombiano Gustavo Petro no estará presente este día en Caracas. Y este jueves, a propósito del confuso episodio con Corina Machado, el gobierno de Bogotá censuró al chavismo.
La respuesta de Maduro fue inmediata. Petro pasó a ser un conspirador internacional y por lo tanto dio la orden de reforzar la presencia militar para cerrar la totalidad de la frontera y sus pasos con Colombia. Para darle mas "entidad" a la medida, Maduro dijo que el gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, manifestó tener información de planes para perturbar la paz en la región fronteriza con Colombia.
Venezuela puede tener un día con dos presidente. Una jornada cargada de tensión, que puede ser histórica.